Es importante recalcar también que no estamos ante una banda de amigos de escuela que formaran su grupo desde niños, sinó tres músicos ingleses que ya hacían sus pequeñas giras con bandas del momento. Sting y Stewart Copeland se conocieron cuando sus respectivas bandas (Last Exit y Curved Air) se toparon en algunos conciertos. Se intercambiaron sus teléfonos y se pusieron a practicar juntos, viendo que había una química musical realmente buena. Sting, siendo bajista y Copeland en los parches, querían a un guitarrista que pudiera consolidar el sonido punk/new wave que querían elaborar, contratando a Henry Padovani hacia 1977. Pero al poco tiempo conocieron a Andy Summers, guitarrista del proyecto Strontium 90, al que se unieron temporalmente. Aunque Summers era un hombre entrado en los 30 y los otros dos eran unos veinteañeros de toma y loma, se entendieron rápidamente, dejándose llevar por la ambición musical de Sting.
En 1978, sacando al mercado Outlandos d'Amour, lograron entrar en posiciones realmente altas de las listas tanto inglesa como de Estados Unidos. Singles como Roxanne, So Lonely o Can't Stand Losing You resaltaron la formula musical de este trio, allanándoles el terreno para hacer el siguiente disco. Por eso, con todo el relax del mundo fueron a ensayar y dejar fluir nuevas ideas para su siguiente obra. Pero siendo claros, si en el anterior disco Sting andaba inspiradísimo a nivel musical, en este caso necesitó un poco más de ayuda de Copeland y Summers. Llegaron a usar ideas del pasado para dar forma al disco, incluso modificando sustancialmente canciones de cuando estaban en Last Exit o Curved Air para resolver la papeleta. Esto mezclado con algunas nuevas canciones que muy paulatinamente fueron surgiendo durante las 4 semanas de grabación del disco, conforman el conjunto que hoy analizaremos.
Es curioso que por un lado este disco tuviera una elaboración tan a parches y que luego a nivel sonoro diera un paso adelante respecto a su predecesor. Si bien nos encontramos con canciones como It's Alright for You, que en buena medida capta los sonidos ya vistos en Outlandos, reuniendo velocidad y ese tono fresco y alegre con toques de punk y new wave; en este disco domina un aura un poco distinta. Eso se debe a que esta vez al carajillo sonoro de The Police, se le ha añadido mucho más licor reggae (como bien indica el título del disco), Reggatta de Blanc (reggae de blancos o reggae blanco). Por esa razón, la canción que da nombre al disco es muy sintomática de este giro que quisieron dar al reggae, género que no presentarían de una forma simplista o tonta, sino que lo quisieron hacer ambiental, motivador e incluso virtuoso.
Digamos que su sonido enérgico seguía reconocible pero más brillante, dejando que fluyera más y en el caso de esta instrumental, su calidad se hizo justa merecedora de un Grammy en 1980. O en Deathwish se puede percibir como esa aceleración que ellos usaban en sus canciones era rematada de una forma distinta, con un toque más aventurero y exótico, haciendonos imaginar viajes en 4x4 por el desierto. El bajo de Sting, tiene mucha presencia y dota a la música de un enorme groove que hace que nuestro cuerpo se enganche a la música, Copeland da un toque tribal y remata con enorme calidad este ritmo de ensueño por el que uno se deja llevar. Y es mejor no desmerecer el trabajo de Summers que da el elemento ensoñador y de elevación a esta música. Todos estos elementos al final llegan a su clímax con la que considero mejor canción del disco, Walking on the Moon. En ella todo surge de una forma muy natural y el sonido de la banda es absolutamente hipnótico, dejando la muy agradable voz de Sting en un plano central que es la que hace que todo avance. Además nos demuestra algo muy importante: que esta banda tenía un bajo que lideraba, siendo este el que hace el riff de la canción y dejando a la guitarra como un instrumento para marcar el pulso reggae.
Dentro de este estilo, dos canciones realmente bien elaboradas vienen de reciclados del pasado: Bring on the Night y The Bed's Too Big Without You. La primera, quiere evocar la noche incluso a través de notas más graves y un sonido de guitarra que sin ser rudo, tiene un poco más de pegada. Su origen se encontraría en la canción Carrion Prince (O Ye of Little Hope) de la antigua banda de Sting, Last Exit, ya que recicla algunas de las frases que esa tenía. La segunda, en un principio tenía que ser una canción para la banda originaria del cantante hasta que dejó la formación. Y si seguimos la corriente sonora del disco iremos a parar a Contact, canción compuesta por Copeland en la que el bajo de Sting tiene un sonido profundísimo y con mucho cuerpo. En ella percibo una de las canciones que tienen el elemento X que hace especial al disco y una evidente evolución en el estilo. Pero claro, digamos que en el disco hay algunas canciones que no tienen el mismo gancho o novedad que las presentadas hasta el momento.
On Any Other Day, no la podría considerar para nada una mala canción ya que tiene su punto pegadizo pero suena un poco tontorrona y en mi mente no puedo evitar mirarla un poco menos bien que lo que os he mostrado hasta ahora. Does Everyone Stare tiene un poco de estilo R&B y pop mezclado con el ADN de este disco, recordándome un poco a trabajos que haría luego Sting en solitario, pero no tan trabajado y eso también hace que me salte una pequeña alarma mental. Finalmente, No Time this Time se nota que fue la primera canción grabada de este disco y parece que se salga un poco del tono de este disco, sonando a Outlandos, pero tal vez sin convencerme tanto. Buena canción sin duda, pero noto que está un poco dejada sonoramente y desconectada del resto. Pero seré bueno y para cerrar la valoración del contenido, vamos a cerrar en una nota alta.
Message in a Bottle, que curiosamente abre el disco y he dejado para la última, es una de las 5 canciones más conocidas de esta banda. En ella se puede percibir la evolución del sonido del primer disco pero dejando de lado el toque reggae. Curiosamente en ella la presencia de guitarra es bastante remarcada y es de las pocas excepciones del disco donde el instrumento de 6 cuerdas juega un papel crucial. La letra también es destacable por hablar de la sensación de exclusión y aislamiento y acaban de redondear un clásico con todas las de la ley.
Reggatta triunfata
Reggatta de Blanc fue la clara consolidación de The Police en el ámbito internacional gracias de nuevo a sus hits. Claramente se debe premiar un disco en el que hay muchos puntos notables y novedades estilísticas, que aún con sus puntos menos destacables, no quita que una escucha del tirón del mismo sea muy recomendable. A nivel sonoro aún sigue siendo de los discos más particulares de la banda junto a Ghost in the Machine (1981) por su atmósfera más trabajada y sin poseer tantos hits como Outlandos d'Amour, su cómputo general queda igualado e incluso trata la variedad estilística con mejor gusto
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