miércoles, 14 de septiembre de 2016

Crítica: Emotion Side B de Carly Rae Jepsen (2016)

El año pasado me sorprendí muy gratamente del disco publicado por Carly Rae Jepsen, E·MO·TION. Una artista de la que no me esperaba nada más que pop chicle (pop comercial para adolescentes y sin mucha calidad), apareció con uno de los discos de pop/synthpop que más disfruté el año pasado junto al disco de CHVRCHES, banda de la que hablaré muy pronto. Un disco que visto aún desde la cercanía, sabía trasladar el aroma de los años 80 sin dejar de sonar moderno y con ideas muy frescas. De alguna forma se podía sentir que la época del Hi-NRG había vuelto (estilo de música pop basado en la motivación, el baile y el ritmo divertido). Por eso al enterarme de que la artista ha publicado un EP de canciones descartadas del disco, pensé que era hora de darle una nueva oportunidad.

¿La New Retro Wave?

Pero es importante tener en cuenta que Jepsen sabe hacer que su música no sea una mera imitación de unas formas clásicas, sino unos principios bien aplicados a la identidad musical del ahora. Hay un portal dentro del mundillo bandcamp que se llama New Retro Wave Records, discográfica que promueve artistas con el sonido ochentero en la actualidad y que nos serviría para poner nombre a esta nueva corriente de synthpop que resurge. Lo que ocurre es que esta new retro wave, tiene dos vertientes, la modernizada que aplica Jepsen o CHVRCHES y luego otra tendencia más purista que siguen bandas como Miami Nights 1984 o OGRE, en la que se emulan casi clavados los sonidos y melodías de hace ya 30-35 años. Es curioso como generaciones de veinteañeros, volvemos a recorrer el mismo camino que nuestros padres con la misma edad.



Lo que debemos reflexionar en este caso es, que nos parece más adecuado: ¿Hacer réplicas de Ford Sierra Cosworth como en los 80 o crear nuevos modelos de coche que hagan homenaje sin perder nuestra identidad contemporánea?. Es un tema y pregunta que me viene muy en mente debido a que mucha gente se está quejando de una falta increible de creatividad en nuestros tiempos y al constante rescate de las viejas glorias para mantener vivo el arte. Pero muchos afirmamos que es muy, muy difícil hacer algo totalmente nuevo y que lo normal (y no por eso negativo) es aquellos que toman sus referentes y los saben conjugar con su espiritu musical, generando una evolución, es decir, un arte que va en círculos ascendentes a lo largo de la historia. Con esta premisa fijémonos ágilmente en este disco...


Ayer y hoy, todo de la mano

El disco empieza fuerte con un tema como First Time, que sabe sonar a mezcla entre las tendencias actuales del pop, con un elegante tufo a banda sonora de Miami Vice. Emana el espíritu positivo y colorido que considero que merece la música que está en la cima de las listas de éxitos comerciales. Más atado con el pasado se presenta Higher, que aumenta la dosis de ritmos y sonidos del pasado respecto a la actual. Pero es la voz de Carly, la que hace que las creaciones no pierdan su frescura, ya que considero que afronta un poco diferente las melodías vocales a como se hacía hace 30 años. Al mismo tiempo su tono y color pegan más con los gustos actuales. O por ejemplo la siguiente, The One, mezcla sonoramente elementos melódicos de los 80 con arreglos vocales que recuerdan al dance de los 90.

El surtido de descartados de E·MO·TION (2015), está resultando en su primer tramo increíblemente jugoso y accesible, y con Fever no baja el nivel. De nuevo volvemos a tendencias del dance de los 90 e incluso cosas de la primera mitad de los 2000, pero hecho con buen gusto y no quedar como si fuera una galletita pasada en el fondo del cajón. Body Language, suena notablemente más moderna y da unas vibraciones muy animadas que van redondeando el contenido del álbum y generando esa típica pregunta de ¿y esta porque no entró en el disco grande? Pero respondiéndomela yo mismo con un: porqué realmente todo fue cuestión de espacio y Jepsen y sus colaboradores han creado tanta música de calidad que no han cabido en si mismos y han necesitado expandir el universo de este disco.

Con Cry se baja un poco la euforia vista hasta ahora, pero no la intensidad ni la calidad. Su estribillo tiene el punto pegadizo que necesita y de fondo, el teclado le da un tono dulce y ambiental a la canción. En cambio, Store se me hace una canción en la que todo suena correcto y medianamente pegadizo, pero la letra me parece un poco jodida, demasiado frívola. Y si nos ponemos con la siguiente, Roses, me parece mucho más aceptable que la anterior pero también patina si comparamos con lo que va de la canción 1 a la 6. Una lástima que el cierre del disco no resulte tan pleno como el resto de canciones y en parte eso va en detrimento del disco. Pero la realidad es que nos encontramos ante una publicación muy interesante y por la que merece la pena alabar el trabajo de la cantante.

Tal vez es aún pronto, pero viendo que en buena medida ha cerrado discográficamente el círculo de E·MO·TION, sólo queda esperar cual será su próximo paso. Evidentemente, me surgen dudas de si se aposentará cómodamente en esta mezcla de synthpop y Hi-NRG o si dará un golpe de timón que la lleve a otro estilo y más, viendo como fueron sus trabajos anteriores. Sea como sea, los dos álbumes que hemos podido disfrutar de ella en estos dos años, nos valen como un espejo de la música de calidad de esta segunda mitad de los 2010's.

Valoración: 🌟🌟🌟🌟 (Muy bueno)

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