jueves, 30 de abril de 2015

Crítica clásica: Synkronized de Jamiroquai (1999)

Haber nacido en los 90 y tener veintipico años muchas veces hace que a nuestra generación se la considere la que estropeó las cosas con el tema de la música. Mucha gente de 30 y pico para arriba nos mira como los máximos promotores del reguetón más denigrante, la electrónica desposeída de todo encanto y del pop que ya no mira por su salud sino por su bolsillo. Y si, siento por mi interior algo parecido a la rabia y la pena cuando veo que las listas de éxitos están inundadas de canciones pedantes y tontas; y en cambio las buenas composiciones se quedan camufladas cuando realmente se lo han trabajado. Hoy por mi parte, os voy a enseñar una pequeña parcelita de lo que valdría la pena que dominara en nuestras discotecas actualmente.

Jamiroquai es de esas bandas que si fueran de las más vendidas actualmente, el mundo me parecería un sitio más decente. Un sonido que lo primero que me viene a la mente al escucharlo es: ¡Que guai me siento! Mis venas se inundan del groove de su música y no puedo evitar bailar sus pegajosos ritmos que están tan trabajados. Históricamente, fue de esas bandas que se marcó a fuego en los años 90 con una mezcla entre acid jazz y funk que arrasó en ventas. Su primer disco, Emergency on Planet Earth (1993) era una muy grata sorpresa musical que hizo que la figura de Jay Kay, con sus estrambóticos sombreros y su música muy rítmica se quedara clavada en las retinas y orejas del público. Lo más curioso, es que siendo una banda inglesa, caló más en Francia que en su país de origen, pero tengamos esto claro, los franceses han sido siempre muy amantes de la música de baile.

Al año siguiente, de nuevo lo mismo con The Return of the Space Cowboy (1994) que además de bien vendido, pulía el sonido en tema vocal y de bajo. Diría que a través de él, la figura del bajista Stuart Zender tomaría un estatus elevadísimo , por su técnica ágil y pseudo-improvisadora y el instrumento se volvería a poner de moda. Lleno de grandes canciones, este disco demostraba una banda con un increíble potencial que sólo necesitaba un empujón más para destacar. Y lo consiguió y encima por todo lo alto dos años después con Travelling Without Moving (1996). La música resultaba ser más potente, segura, elegante y orquestrada. Parecía que habían llegado al cenit de su sonido y eso se tradujo en el disco de funk más vendido de la historia. La gente se fundía en elogios hacia la obra de Jay Kay y su equipo de magníficos músicos. Pero entonces la que sería la cuarta entrega de la banda se retrasaría tres años por la larga gira que realizaron y las tensiones internas.

Stuart Zender con su prodigioso bajo, Wallis Buchanan con el didgeridoo (instrumento de viento que le daba un toque tribal a la música) y el trompetista Martin Shaw estaban en proceso de largarse del barco. Todo parece que viene del liderato de Jay Kay en la acreditación de las canciones, que no dejaba espacio a sus nombres en muchos casos. Es decir, estamos en el proceso de desintegración de la formación clásica que había logrado ascender a grandes cotas de éxito musical. Zender marcharía antes de publicarse el disco y el resto al acabar la gira. Pero situémonos en 1999 con la publicación de Synkronized, que supondría el último disco con el sonido plenamente original de la banda y por lo tanto el fin de una etapa. Pero eso lo trataremos al final de la crítica, ahora lo mejor que podemos hacer es ver que contenía la nueva criatura de la banda.

No dura demasiado la entrada apaciguada de Canned Heat, ya que estamos ante un bombazo rítmico digno de la mejor música funky de los 70. El bajo remolón tiene mucha presencia y va bailoteando mientras el viento y la guitarra dan sus estocadas rápidas. La parte orquestal de fondo me parece magnífica y le da mucho color al disco. Es uno de los clásicos indudables de la banda y antes de saber que era de la misma, cuando era pequeño, me creía que era música de los 70 que sonaba en la radio. Bailar este tipo de música en la discoteca tiene que ser una de las cosas más divertidas que se podrían hacer. Esto si que merece una presencia masiva en los podiums de los salones de baile para soltarse, porqué es música con un grueso rítmico muy importante. De momento el disco empieza muy inspirado.

Jamiroquai - Canned Heat (1999)


Con el segundo tema ya empezamos con las pilas puestas y un bajo que pilota muy marcado. Planet Home, tiene ese ritmo groove divertido que inconscientemente nos impulsa a mover las caderas. A parte Jay Kay le añade una parte vocal variada en sus melodías que mezcla frases secas con cálidas como: Planet Hooome (cálido) I Wanna Go Now (frío). Me encanta la parte central que coloca un ritmo de samba muy divertido. La parte final tal vez se repite un poco pero tampoco ensucia el resultado de la canción. Black Capricorn Day, que se rubrica con el bajo templado y la parte de viento, tiene un cierto tono misterio e intrepido. Es como el sonido de una serie rollo Corrupción en Miami, con unos agentes especiales persiguiendo a los malotes. Aunque en este caso (el videoclip) Jay Kay es el perseguido.

Un ritmo muy divertido da comienzo a Soul Education, que igual que Canned Heat me recuerda a esa música disco de los años 70. Lo genial de esta banda, es que como el disco ha sido grabado con buena tecnología, la parte ritmica y sobretodo la batería consigue un sonido más marcado. Me recuerda a las canciones más contundentes de los anteriores discos, estupenda. Por otro lado, Fallin' me recuerda al estilo de Blow Your Mind que estaba en su debut 1993. Mantiene ese estilo de tranquilidad, de tarde en un local echandose un café y unas risas. Eso si, no llega a esas cotas de desarrollo musical que tenía la nombrada. Aquí la trompeta tiene presencia para ir acentuando la canción, pero sin tanto crecimiento melódico. Aún así la canción lo vale y es estupenda para ambientar una tarde romántica e intima, ya sabéis por donde voy.

Jamiroquai - Soul Education (Woodstock, 1999)


Llegamos a la parte plenamente instrumental del disco con Destitute Illusions y digamos que no esta mal el ambiente que crea, pero no aporta realmente nada destacable al disco y diría que es un punto bajo del mismo. No es que se desplegue demasiado instrumentalmente y más allá de los efectos y flashes no hace nada. Lo compararía con la música ambiental de los 80 mezclado con un poco de rollo trip-hop. Después del bajón vuelve la alegría con Supersonic, que primero va sinuosamente haciendo entrar en temperatura el cuerpo. Pero la copla es que se queda estancada en un punto plano y no tira a más la canción y ¡ahh! es como si me prepararan para algo grande que nunca acaba de llegar y es una pena, porque precisamente notaba que el sonido de bajo resultaba peculiar.

Pero que bien queda resuelto el bache cuando suena Butterfly, desde el primer momento que escuché la canción me dejó fascinado y paso a ocupar una posición por encima de Canned Heat. Es como una especie de balada de Barry White con muy buen ritmo y con la voz de Jay Kay. Me parece una melodía delicada y muy bien realizada con un Derrick McKenzie en la batería que sin grandes peripecias, sabe sacarse buenos toques de fondo. Toby Smith con el teclado tan suave, le da fondo a la canción, como si fuera imposible que existiera el vacio o silencio. Where Do We Go from Here es la canción en cambio de darle zapatilla y bailar desenfrenadamente y tiene unos rebotes sonoros divertidísimos. Otra de las canciones más notables del disco.

Jamiroquai - Butterfly (Montreux, 2003)


Llegamos a la parte final del disco y ¡diós! que curiosa suena King for a Day. Esos teclados como de organillo del principio le dan un aroma diferente y junto a esa parte de cuerda y viento de fondo, me hace sentir la sincronización con la naturaleza de la que se hace referencia en la portada del disco. Aunque no sería algo que escucharía cada día, es una de las razones por las que vale la pena comprar el disco y le da mucha variedad. Finalmente tenemos Deeper Underground, que había salido como single para la película Godzilla en 1998. Es una canción con un estilo muy guay, con esa guitarra distorsionada pero contenida que hace que Jay Kay cante con un tono de drama y urgencia un poco diferente a lo visto hasta ahora en el disco.

Y hasta aquí el sonido original...

Con este disco Jamiroquai cerraría su estilo más clásico y que más éxito le había dado. Con la marcha de todos los músicos nombrados y también por renovar los aires de la banda, Jay Kay plantearía ideas que no serían del todo rupturistas con lo que hemos visto hoy. Pero esta claro, el sonido del nuevo milenio sería más electrónico y ligado a la música disco con toques de funk. El aroma de acid jazz se diluyó bastante de la música que compondrían con la suerte de que hicieron bien el gesto de cambio. Podría vincular el giro que hubo entre Synkronized y el siguiente disco, A Funk Odyssey (2001) a lo que le ocurrió a la música disco en el paso de los 70 a los 80. Muy sutilmente se puede percibir a través del disco que algunas ideas nuevas corrían en su música pero que aún tenían que caer y sobretodo Jay Kay en ese cambio.

Jamiroquai - Deeper Undergorund (1998)


El disco en si es realmente bueno sin ser excelente. Me gusta verlo como parte de la música que cerró los años 90 y el milenio por todo lo alto y en verdad, tiene ingredientes para creerlo. Por otro lado, comparado con su predecesor me resulta menos contundente y brillante, pero presenta cosas a nivel melódico y de trabajo instrumental inéditas hasta el momento. Recuerdo que en su momento leyendo reseñas y críticas, me percaté que había gente que no había captado la naturaleza más experimental de este disco. Seguramente era un disco que buscaba tener hits tal vez con formas un poco más variadas. Eso hace que su pega más grande se note más, es decir, que a veces por experimentar en alguna canción se estanca o le falta hilar un poco más. Ahora, cuando la rueda "pincha" (mas bien pierde un poco de presión) se soluciona muy rápidamente con grandes temas muy inspirados.

Nota: 8,2

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