miércoles, 12 de agosto de 2015

Crítica clásica: Presence de Led Zeppelin (1976)

Hay discos que cuentan tras ellos historias realmente accidentadas sobre sus músicos, momentos de cansancio, de rendición ante los males de la vida, de crisis, de supervivencia y de reflexión. Hasta a la banda más grande de los años 70 y una de las más potentes de la música popular contemporánea le podía ocurrir. Led Zeppelin estaba formada por humanos y era una banda de músicos con sus preocupaciones y problemas y seguramente hacia 1976, estos empezaron a aflorar más de lo que jamás hubieran deseado. Un año antes, Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham eran 4 tipos talentosos y afortunados que estaban sacando nada menos que su sexto álbum de estudio en 6 años. Y poca broma, no estamos hablando de un disco cualquiera; estamos hablando de Physical Graffiti (1975), un disco doble que los alzaba hasta el mismísimo Olimpo del rock. Cualquiera con dos dedos de frente los hubiera tomado por unos titanes, por seres superiores sin tara ni pecado.

Las cosas se tuercen

Pero en agosto de 1975, Plant sufrió un accidente de coche y tubo que permanecer en reposo durante una temporada. Ante esta situación Jimmy Page decidió que era un buen momento para grabar un nuevo disco, ya que como la gira se tenía que anular, al menos iban a sacar provecho de los meses de recuperación del virtuoso cantante. Entre la Isla de Jersey y Malibú, postrado en su silla de ruedas, Robert Plant iría preparando la letra de las nuevas canciones y a los pocos días Page y él darían forma a sus ideas con la mera voz y la guitarra. Con los conceptos listos, los dos marcharían al Hollywood SIR Studio para mostrar sus creaciones a John Paul Jones y a John Bonham, donde realizarían los ensayos pertinentes y se prepararían para ir a grabar a Munich las versiones definitivas. Este proceso sólo les llevó 18 días, cosa que sorprendió mucho a los que tomarían el relevo en esos estudios, The Rolling Stones. Los Glimmer Twins quedaron petrificados al darse cuenta que mientras en la elaboración de Presence sólo necesitaron unos meses para componer y días de grabar, ellos llevaban casi dos años para sacar su Black and Blue (1976).

Aunque las sesiones eran ágiles y no se andaban con chiquitas, Plant tenía dificultades de movilidad y tenía que ir arriba y abajo de los estudios en silla de ruedas. Para más inri el estudio estaba en el sótano de un hotel viejo y el cantante sufría de claustrofobia. Por otro lado, la velocidad con la que se registró todo, en gran parte fue debida a las jornadas de 18 o 20 horas que Jimmy Page se tiraba grabando sus pistas y overdubs de guitarra. Una labor titánica y más si nos planteamos las canciones que hay en el disco. Como bien fueron contando con los años, Presence fue el resultado de los nervios del momento, del trabajo en equipo de sus dos líderes y por último, del liderazgo en el estudio del guitarrista. Para ellos, el disco mostraba tensión e ilusión por partes iguales debido a todas las dificultades que arrastraba su preparación. Entonces ¿como es que a día de hoy es uno de sus discos más puestos en duda?

La respuesta se puede atribuir a que decidieron simplificar la fórmula, hacer un disco más al grano y dominado por las guitarras. Los arreglos complicados se pretendían dejar de banda y la presencia de teclados tenían que seguir el mismo camino. La banda estaba en un momento un tanto complejo y el disco para ellos tenía que responder a lo que estaban viviendo. Page siempre ha considerado este disco el más importante de la banda, ya que era una muestra de su resistencia frente a los baches y como la creatividad podía seguir patente incluso en esos momentos. Con tantas premisas de por medio, creo que ya es hora de que os ofrezca mi opinión sobre el disco y a la vez me gustaría desvelar si en verdad este disco es tan "normalillo" como algunos lo presentan o sólo hace falta verlo con otra perspectiva.

Probablemente la apertura de este disco es la excepción más grande que podremos ver en él. Achilles Last Stand es una pieza épica de más de 10 minutos llena de momentos memorables y riffs que podríamos situar entre los mejores de esta agrupación. Con un trote de bajo que me recuerda mucho a lo que pocos años después mostraría Iron Maiden en su debut discográfico, por lo tanto estamos hablando de una canción realmente dinámica y con mucho pulso de bajo y batería. las intercalaciones solistas de Jimmy Page le añaden un aire legendario y brillante a una canción de tonos serios y graves (en el sentido de sensación de urgencia). Se ha hablado que la canción en principio se tenía que llamar Wheelchair Man (El hombre de la silla de ruedas), en referencia en el estado en el que Plant se encontraba tras el accidente. La canción asemeja un viaje de Led Zeppelin a Marruecos y sus paisajes con las presencias de los dioses. Un auténtico clásico con toques de progresivo.

Y es aquí donde empieza la fórmula del disco, con For Your Life, una canción más típicamente hard rockera. Con un riff bien sencillo, la canción en verdad tiene bastante gancho y la parte vocal, aunque contenida, suena genial. No se pretende romper ningún esquema con esta canción y como mucho se añade una transición al riff que le queda bastante bien. Se hace rodar un acorde tocándolo nota a nota y luego otro riff bastante bien buscado con un gran refuerzo del bajo. John Bonham refuerza el compás y hace ciertos cortes de tempo que quedan muy elegantes, que tienen mucho swag y sacan la vena molona de la canción. El solo da bien el pego y no es tan exhibicionista como bluesy. Un tema echado a rodar de manera monolítica, pero con mucha gracia. Notable.

Lo mismo pasa con Royal Orleans, que piensa más en ser un hard rok bluesy molón que en cualquier pretensión instrumental. Sin darse cuenta parecía que se acercaban a las tendencias del simplismo del punk, pero en su terreno. Como se trataba de sacar las mejores canciones posibles en un momento crudo, se las iban arreglando con un tono más ligero y alguna canción más de costillada, como esta. Pero luego llega Nobody's Fault But Mine, que intenta arreglar la papeleta un poco, pero la lástima es que su riff principal se repite un poco (demasiado) hasta que la canción arranca. Y luego cuando ha entrado en un buen clímax, vuelta a empezar. Me acaba ocurriendo el efecto Kashmir, que todo el mundo dice que es muy buena pero se repite a más no poder y ¡coño! al final se libra porqué cuela un solo muy folk fusionado con la armónica. Pero luego otra vez volvemos pero cerrado con gracia. Buena, pero repetitiva. (Apunte: Coged las canciones de AC/DC Baby Please Don't Go y Rock the House, fusionadlas mentalmente y llegareis a esta canción)

Candy Store Rock ya me atrae un poco más con su introducción con estilo blues bastante nervioso. No es ninguna obra maestra de estos londinenses, pero es muy entretenida y me gusta mucho el tono con el que Plant la saca a lucir. Sigue un estilo más clásico de blues, pero esta vez si que creo que arreglado de buena manera. John Bonham se adapta como un guante al nervio de la canción y a las roturas de tempo que hay en algún momento cuando se regresa al estribillo de ¡Oohh baby, baby!. Y la canción se vuelve temblorosa, inestable y rompe tempos al final de su trayecto y eso la convierte en una bizarrada a la que doy toda mi aprobación. Como se nota que tenían a uno de los mejores bateristas del mundo, al que podían someter a sus trucos y cachibaches musicales. Bonzo siempre tenía algún apaño bajo el bigote para no quedarse atrás. Poneos en el minuto 3:12 y ya vereis como en unos segundos llega la surprise putada que os comento.

La marcha sigue con Hots On for Nowhere que me recuerda a ciertas grandes composiciones vistas en Houses of the Holy (1973), con ese aire más alternativo y divertido. La parte rock' n' roll se fusiona con la parte de southern rock, funk y blues. Una gran canción a tener en cuenta y que creo que necesitaba más difusión en vivo. Probablemente es de las canciones junto a la anterior que hace que este disco tenga un encanto especial respecto a cualquier otro disco de la banda. Y para cerrar toca otra canción larga y bastante especial, Tea for One. Esta canción empieza amenazando con un riff que puede recordar a los inicios del heavy (pero sin los niveles de distorsión de Black Sabbath). Luego por sorpresa, se pega un break totalmente bluesero y mostrar la cara más improvisadora del disco. Es una canción que se toma la paciencia necesaria que tenía el blues de toda la vida, pero de una forma evocadora. Para los miembros de la banda esta canción era una prueba para volver al estilo de Since I've Been Loving You y percatarse de como habían evolucionado en esos años de carrera musical.

No voy a idealizar nada, se nota bastante que Zeppelin no estaba en su mejor momento en la grabación de este disco. Pero eso no quita que a excepción de dos o tres canciones que me cansan más, el disco sea realmente bueno. A través de Presence me llega una especie de aroma añejo, especial, diferente, algo misterioso como ese objeto (un obelisco negro que según algunas fuentes posee uno de los miembros de la banda Stone Temple Pilots) que miran los personajes de la portada diseñada por Hipgnosis. A veces me da a pensar que el obelisco negro significa la mala suerte que tuvo la "família" Led Zeppelin por aquel momento. Pero personalmente siempre que indago por las tiendas de vinilos de Barcelona y veo este disco, siento como un imán que me atrae hacia él, aunque se que no es lo mejor que ha sacado este conjunto. No se, debe ser su fama enrarecida, su sonido o tal vez me está poseyendo su presencia...

Nota: 8

3 comentarios:

  1. Muy buen comentario... El disco es una verdadera maravilla... Hay que escucharlo varias veces para ser poseído por el.... El diabólico sonido entra por los tímpanos... Y llega esta el corazón... Donde siempre estará led zeppelin para muchos seguidores de esta gran pero imperial banda....

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    1. Totalmente, me parece un discazo. Como todos sus discos en algún momento ha sido mi favorito...y después de treinta y tantos años escuchando a Zeppelin, aún no sé cuál es el mejor...

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  2. Toda la razón. Es muy inferior a los otros discos de Led Zeppelin..pero sacando unas canciones, aún así es muy bueno.

    Quizá sea su sonido al grano hecho por artistas pese a todo aún talentosos..o quizá como dices sea su presencia..

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