domingo, 1 de marzo de 2015

Crítica: Redeemer of Souls de Judas Priest (2014)

¿Innovar es un objetivo indispensable para hacer arte de calidad? En mi opinión, creo que no. Siempre he tenido una enorme predilección por encontrar cosas nuevas y que me aporten experiencias diferentes en esto de la música. Como visteis hace unos días, me embarqué en el análisis de Grooms por el puro placer de escuchar algo nuevo que se saliera de mis esquemas. Pero por otro lado siempre he pensado que si tu deseo es mantenerte en un estilo porqué es el tuyo, te sientes identificado y capaz de hacer obras de calidad; pues adelante amigo. Eso me ocurre con Accept; de ellos prácticamente siempre puedo esperar un buen disco porqué hacen lo que les gusta. Aunque han añadido pequeñas trazas de novedad en su música, siguen siendo ellos y eso les hace grandes.

Pero la experiencia me dice que la realidad no sólo se limita a eso. Hay los que se estancan en un género o regresan a el para contentar a sus fans y no dan todo lo que podrían dar de si como creadores, aparecen discos menos creíbles y entonces empiezan los lloros. Lo mismo os digo de la innovación, ya que hay bandas o cantantes que han elevado exponencialmente su mercado tirando su música hacia las nuevas modas, pensando como si fueran jefes de marketing (ellos o sus discográficas). Por esa razón cuando una banda como Judas Priest, con tanto recorrido y que nunca se sabe si el disco que sale será el último, me pregunto como se tomarán lo próximo que compongan. Son veteranos y aunque tienen un montón de reconocimiento, no se si para ellos un disco nuevo es una batalla decisiva o un partidillo de costillada.

Para mirar con perspectiva, creo que lo mejor que podemos hacer es situarnos en la etapa actual de Judas Priest y ver que han hecho. En 2005 sacaron el primer disco de esta etapa en la que volvía el mitológico cantante Rob Halford, le llamaron Angel of Retribution. Ese disco que un tío anunciaba por internet (de Rafabasa nada menos) diciendo algo así como: "¡¡Venga tío, deja de pelartela como un mono. Si quieres que se te ponga dura compra el nuevo disco de los Judas!!". Poesía, pura poesía de estilo Machado. Siendo serios, el disco era ciertamente esperanzador y aunque no era el nuevo Painkiller (1990) sabía defenderse con soltura. Era como Ronaldinho cuando volvió a jugar a Brasil, no era el mejor goleador del mundo pero algunos ya lo rescataban cuando pensaban en la selección brasilera (aunque fuera de suplente).

Actual formación de los "acojonantes" Judas Priest
















Para el siguiente disco se tubo que esperar hasta 2008, tampoco nada grave cuando otras bandas te sacan disco cada 5 o 7 años. Nostradamus fue la siguiente pieza de estos reformados Judas y os puedo decir algo; musicalmente es un disco que, más allá de lo denso que sea, en unos años va a ser bastante rescatable. Pero padecía de un error, era demasiado pretencioso y no sabía filtrar que ideas eran las más sólidas y cuales las desechables. Te tenías que tragar un disco de 1 hora y 40 minutos de tu valioso tiempo (vagueo time) en un concepto que bien podría caber en 60 minutos y eso es más de lo que dura el 80% de los discos. Sería un disco interesante de trabajar si no fuera por la densidad del mismo.

Los sucesos de los últimos años nos conducen a este disco: Una gira Epitaph que supuestamente sería la última, pero no se retiraron al final, en lo que se puede llamar un agudo síndrome de Miguel Ríos (el de ¡Bienvenidooos!). Se marcha K.K. Downing como guitarrista de la banda generando una polémica que el tiempo se ha llevado como las dunas que vienen y se van por el desierto. Entra Ritchie Faulkner y el público hizo las matemáticas de "sangre joven, tal vez nuevo disco" y eso se ha materializado en Redeemer of Souls. Para que os percateis de lo que han tardado en sacar el nuevo disco, me ha dado tiempo a acabar la ESO, sacarme el Bachillerato y prácticamente terminar la carrera. No es que quiera ser injusto, pero es que entre la supuesta gira final y el tiempo de espera, algunos seguidores de Judas estábamos pensando ya en otras cosas.

Con esa idea en la cabeza me adentré hace un tiempo al disco y me topé con Dragonaut. La canción no está mal y sabe recordar a ratos a una mezcla entre Screaming for Vengeance (1982) y Painkiller, pero con el sonido de Angel of Retribution. Las bondades que tiene es que tiene un riff agradecido y suficiente potencia para entretenerme como persona gustosa del heavy que soy. Pero palidece ante la garra y emoción que echaban en canciones como Judas Rising del Angel y ya ni hablar de todo aquello que va de 1990 para atrás. Pero si hay una canción que parece venir a salvar los muebles, almenos de la primera mitad del disco, es Redeemer of Souls. En esta canción se huele a millas lo que pretendían con este disco...

Judas Priest - Redeemer of Souls (2014)


... un Painkiller 2, no hay más. Coges Hell Patrol, del año 90, le pegas un lavado de cara y cambias un poco el riff y como si fuera magia, tienes una nueva canción. Suena bien y tiene gancho, pero no es una idea original y eso le resta bastante. No es lo mismo mantener tu estilo que copiar tu plantilla, aún así no les negaré la capacidad que tienen de reescribir sus propias canciones. Halls of Valhalla, expande el estilo que esta banda ha tenido en los últimos 10 años. Me gusta ya que es una canción que no pretende inútilmente de los Judas de hace 30 años, sino que da valor a lo que son ahora. Por ejemplo, tienen a un Richie Faulkner que le saca brillo a la guitarra y sabe como construir melodías con epicidad y solidez metalera.

Sword of Damocles, tiene un arranque cañero y peculiar. La batería no hace nada especial, pero se comporta de una manera un poco diferente al típico ritmo cuadrado de turno. Rob Halford, se luce vocalmente, no por agudos pero si por garra y pasión que le echa. El pequeño cambio que hace en la segunda mitad de la canción, más pausado me acaba de convencer de que está bien trabajada. La misma sensación tengo con March of the Damned, que sabe recordarme a los años 80 sin dejar de ser actual. Es de esas canciones que si vocalmente hubiera sido más bien pulida y desarrollada, seguramente sería un equivalente a lo que llamo sus himnos callejeros como: Living After Midnight o You've Got Another Thing Comin'. Pero se queda en una notable canción con gancho.

Judas Priest - Halls of Valhalla (2014)


El disco nos sigue ofreciendo buenas intenciones y sabe dar la talla con Down in Flames. Es una buena canción y que a nivel melódico carbura bien. El fallo creo que está en que parece que podría ir a más, darnos un subidón en el estribillo a nivel vocal, pero se queda a medias. Las guitarras son estupendas y el solo tiene mucho de clásico. Se nota que hay actitud, pero les faltaba el último paso y eso le pasa ni que sea un poquitín de factura. El disco a ratos peca de eso, de ser como una paella que podría ser cojonuda, pero que le faltan detallitos que no hacen que se convierta en "aquella inolvidable paella". Hell & Back, me hace lo mismo, es una canción más macarra que podría haber aspirado a mucho más y ser recordable, pero ¡joder, está bien elaborada!

Entonces ocurre tanto este efecto de podría haber sido más, que las siguientes canciones me parecen buenas pero más de lo mismo. Cold Blooded, tiene momentos muy lúcidos y cambios remarcables que me demuestran que son buenos músicos. Pero ¿que me ocurre? ¡un bostezo! Puede que sea que no he dormido lo suficiente, porqué la canción no me parece para nada aburrida. A los segundos lo pillo, es que el disco con el rato se acaba haciendo plano y aunque cada canción tiene su riff y su "qué" especial, creo que debemos volver a aquella época en la que los discos te los ventilabas en poco más de media hora y te dejaban con ganas de más.

Judas Priest - Cold Blooded (2014)



Considero que todo lo que hay de Metalizer hasta la canción extra Never Forget, se lo tendrían que haber guardado para el disco siguiente y pulirlas con esmero. Esta parte contiene piezas más experimentales como Crossfire o accesibles como Snakebite, que si no hubieran estado colocadas con colador y su hubieran trabajado con gracia podríamos tener un buen sucesor espiritual de aquel lejano Turbo (1986). Evidentemente no atesoraría tanta calidad como aquel disco de lo que llamo sweet heavy, pero podría ser un disco variado y valioso. En cambio, dentro de este disco lo que hace es empañar y hacer más pesado un disco que podría haber dejado bastante contentos a los seguidores del buen metal.

Y es que esta es la conclusión que puedo sacar de este disco. No hace falta poner relleno al final de un disco para demostrar que no te has tocado los huevos los últimos 6 años. Sólo se necesita poner lo justo y necesario que demuestre el potencial que tienes. Las que hubiera dejado, están a un paso de conformar un disco muy recomendable pero les falta el último empujón. Las otras demuestran buenas ideas, conceptos nuevos y ganas de recordar etapas que considero frescas, divertidas e innovadoras del grupo. Pero su empeño en la dicha de "más es mejor", no les ha hecho caer en que muchas veces por escribir 20 páginas en un exámen, no tienes más razón que uno que en 3 sabe decir lo que toca. Con todo eso y poniendo la nota (no tan mala) que voy a poner, se que hay material muy bueno escondido entre su minutaje.

Nota: 7,3 

Necesidad imperiosa de reirme un rato: Rafabasa - Acojonante lo nuevo de los Judas

No hay comentarios:

Publicar un comentario