martes, 24 de marzo de 2015

Crítica clásica: Seasons End de Marillion (1989)

La música es mi predilección, no tengo ninguna duda. Su mera compañía ha estado en momentos determinantes de mi vida y por esa razón, la he estudiado en profundidad para entender sus entresijos. Hace unos tres años, un amigo mientras curioseaba entre su i-pod me regaló uno de esos momentos tan sublimes que mi mente no pudo olvidar y todo empezó con un "¿Conoces a Marillion?". Lo que ocurrió momentos después, simplemente fueron algunos de los mejores minutos musicales de mi vida y cuando uno se ha dedicado a escuchar de todo y en todos los sitios, no es algo que se diga a la ligera.

Por eso hoy os quiero acercar a ese momento de mi vida, junto a todo aquello que se puede reflexionar de un disco y de una banda con mucha profundidad y riqueza musical. Además, después de haber leído ampliamente sobre él, voy a confirmar o rechazar diferentes teorías que se hicieron. Pero todo empieza por conocer a la banda y hay mucho interesante por contar. Marillion, podemos considerarlo el gran grupo de rock progresivo de los años 80. Grandes contendientes de los años 70 estaban en horas bajas o habían evolucionado su estilo hacia otros terrenos como el pop o se habían desgranado en otras agrupaciones, pero estos tipos que hoy veremos se mantuvieron muy enderezados cuando otros cayeron.

Desde su formación en 1979, esta banda inglesa pasó por diferentes formaciones y tubo que esperar hasta 1983 para sacar su disco debut, el excelente Script for a Jester's Tear. En su día fueron duramente criticados por parecerse sonoramente a Genesis en la etapa de Peter Gabriel, pero no sabían muchos críticos que darían un paso evolutivo trascendental. En 1984, sacaron su segundo disco, Fugazi, llamado así por los muchos bateristas que audicionaron para la banda y por lo rápido que tubo que ser el proceso de grabación. En este punto solidificó la formación más clásica de Marillion: Fish (Derek William Dick, voz), Steve Rothery (guitarra, miembro fundador), Pete Trewavas (bajo), Mark Kelly (teclado) e Ian Mosley (batería).

Con este disco, se puede decir que se dio forma al rock neoprogresivo (con una presencia muy fuerte de sintetizadores, influencias más comerciales y renovación de los temas y duración de las canciones). Este sonido se perfeccionó y alcanzó su cenit en los discos Misplaced Childhood (1985), que para muchos es su obra maestra y Clutching at Straws (1987), que demostraba que el nuevo progresivo no era un derivado superfluo del original, tratando el éxito mal digerido, las adicciones y el fracaso a través de los ojos de un músico frustrado. Esta fue una etapa brillante y memorable, cuatro discos con unas letras muy cultas y una música tan delicadamente tratada que, incluso a día de hoy, sabe sacar pecho sin ser de lo más pirotécnico del mundo.

Pero Fish durante el periodo de composición del que tenía que ser el quinto disco de la banda decidió marchar, tal vez por desavenencias con la discográfica, que le estaba atando en corto en su carrera musical. Aún quedan las demos sueltas de las canciones que tenían que salir por Youtube y algunas podemos decir que eran mucho más que simples demos. Eso si, al partir peras, la banda se quedó con la música y Fish con las letras para el que sería su futuro disco en solitario, Vigil in a Wilderness of Mirrors (1990). Con ese contratiempo, los integrantes de la banda buscaron a un buen sustituto del cantante escocés y su decisión viró mucho el rumbo que llevarían años después. El elegido era Steve Hogarth, cantante de la banda The Europeans y How We Live.

Mark Kelly, Steve Rothery, Steve Hoghart, Ian Mosley y Pete Trewavas.
Marillion en 1989
Hombre de amplio rango vocal (a diferencia de Fish) pero que tenía una forma diferente de enfocar las letras de las canciones. Dejamos atrás la poesía llena de referencias al mundo de la calle y los personajes que la habitan. Hogarth era un tio venido del pop comercial de los 80 y aunque demostró ser un letrista que hablaba genial de la psique y del mundo que nos rodea, nunca le hizo feos a temas algo más típicos y tópicos. Toda una legión de fans haría la gran pregunta de: ¿Quieres más a papá o a mamá? Y algunos casi tapándose las orejas, quisieron anular todas las virtudes del nuevo y gran cantante que había llegado, pensando en el enorme legado de Derek William Dick (el pescailla pa los amigos). Pero aquí como somos abiertos de mente pues vamos a por el disco sin prejuicios...

El primer tema es The King of Sunset Town, que abre de forma brillante y eufórica el disco. Desde su intro misteriosa y mágica hasta su estribillo, esta canción es un genial inicio. Además su temática nos sitúa de lleno en el año del disco, 1989, con una metáfora de esa China post Mao que vería grandes revueltas ese año, incluida la Matanza de Tiananmen. Se rumorea que hace referencia a este hecho, cosa no del todo descartable ya que el disco se publicó en septiembre de ese año, ya acontecidos los hechos. El origen de esta canción se encuentra en una demo muy definitiva de una canción llamada Sunset Hill, que fue de las últimas que grabaron con Fish. Buscadla por internet y os percatareis de lo mucho que cambió y mejoró.

Marillion - The King of Sunset Town (Rock Steady, 1990)


Easter, en cambio, era una canción hecha de 0 y nuevo con la llegada de Steve Hogarth a la alineación de la banda. En ella se habla de los conflictos del norte de Irlanda que duraron desde los años 60 hasta hace poco más de una década con el Acuerdo de Belfast. Su sonido acústico, nos rememora paisajes camperos bonitos y pretende ser un mensaje bello hacia este suceso. El solo es realmente emocional y encumbra el potencial de Steve Rothery, uno de esos genios que con unas tintineantes notas te genera grandes paisajes épicos y melódicos. Sin duda, es uno de los clásicos imperecederos de esta banda y un himno muy solemne a un hecho que de manera residual aún sigue vivo en muchas personas.

Otra de las grandes preocupaciones a finales de los 80 era la aún bastante desconocida Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), cosa que podemos decir que trata The Uninvited Guest. Algunos dicen que John Helmer (que ayudaría como letrista en Marillion) hizo referencia a la marcha de Fish, otros a la posición de "el nuevo" de Hogarth, pero yo creo con firmeza que hace referencia a la enfermedad. Frases como "You may not recall the moment that you asked me, but your invitation was clear" (Traducción: Tal vez no recuerdas el momento en el que me llamaste, pero tu invitación era clara). Puede hablar del momento del contagio, cuando se toma conscientemente el riesgo sin pensar que puedes contraer la enfermedad de un infectado. O también: "I'm the evil in your bloodstream, i'm the rash upon your skin" hablaría de la infección sanguinea y los males en la piel.

Marillion - Easter (Versión reducida, 1989)


Hasta los temas de la contaminación están presentes con Seasons End. La canción homónima, hace referencia a un supuesto futuro en el que el calentamiento global ha llegado a tal punto que ha dejado de existir el invierno. Esa guitarra campaneante y misteriosa de toda la canción me hipnotizó en la primera escucha, pero lo que me dejó atónito fue lo que ocurre a partir del minuto 5 con un teclado y un bajo sublimes que me llenan el alma hasta las nubes y me erizan los bellos como si quisieran arrastrar mi alma hasta el mismísimo Sol. Lo mismo me pasa con el trepidante bajo con teclado de Holloway Girl, me tiene absolutamente enamorado de esta música. No había escuchado algo tan épico y bonito en mucho tiempo y se me selló en la mente a fuego.

La canción habla de Judith Ward una mujer encarcelada injustamente, acusada de participar en unos bombardeos de la IRA (Ejercito Republicano Irlandés, asociación considerada incluso terrorista). Esta fue liberada el 1992 y fue un símbolo desde su encarcelación en 1974 de la nefasta justicia que se estaba llevando con el tema terrorista en Irlanda. Esos teclados ochenteros de Mark Kelly acompañados de la grandiosa guitarra de Rothery le dan un sonido que llega al corazón. Pero Hogarth aquí está tocado por alguna estrella que le hace cantar con una elegancia y potencia indiscutibles esta melodía a la libertad y a la esperanza, como si fueran sus cuerdas vocales la llave para salir de nuestras celdas e ir a un verde campo de ensueño.

Marillion - Holloway Girl (Out of Season, 2009)


Y me disculpareis que me flipe tanto, pero al ser mi crítica y mi visión de la música, si algo entra en mi música favorita es por alguna razón muy de peso. Berlin, que en su principio cuando fue pensada por Fish se llamaba Story from a Thin Wall, habla del mundo de la capital alemana partida por el muro. Su hipnótico sonido de guitarra conduce la mente a un oscuro bucle en el que se nos muestra a una cabaretera que vivió aquel periodo como agente doble y prostituta. También recuerda los campos de concentración desde la mira de rifle de un soldado que vigila a presos de un campo de concentración. La canción es tan intensa en su parte central que la voz de Hogarth deslumbra por su dramatismo. Los cambios de la melodía son tan bien tratados que me cuesta encontrarles una tara.

After Me, es como coger Easter y darle un poco de vuelta el riff pasando de Irlanda a una bella mujer. El mensaje es tan sencillo, pero es tan bonita la canción que con poco se convierte en un momento cálido y precioso del disco. Hooks in You, en cambio acaba siendo la respuesta negativa con la visión de una mujer que atrae y pone a los hombres a los pies de sus encantos. Y con esa sinuosa guitarra hard rockera quien se va a poder resistir ¡coñe! Una canción pegadiza y popera, muy acorde a los vientos que se respiraban en el glam metal, pero con la diferencia que en esta canción hay clase y estilo para parar un carro y rebosar. Rothery está pletórico todo el rato y Hogarth con su voz aguda y decidida, se pega un papelón.

Marillion - Hooks in You (1989)


Pero si hay la gran obra maestra de este disco, esa es The Space. Desde ese teclado omnipresente al inicio de la canción con unas notas punzantes y grandotas, sabemos que estamos ante un himno con todas las de la ley. Es como una dama muy elegante de buenos andares, de esas que cuando pasan delante de los hombres a estos les llega la mandíbula al suelo. Es una composición de puro rock sinfónico, de esas que te hacen sentir que estas saltando por los pasillos de una altísima catedral gótica. La parte vocal, acaba siendo la barca de Caronte cruzando la laguna Estigia. Es decir, le da forma al camino de una forma trascendental. El solo de guitarra arde como grandes fuegos rituales que desembocan en la parte final celestial.

La canción habla de una especie de revelación que Steve Hogarth tubo después de ver como un tramvia casi se lleva por delante un coche en Amsterdam. Un ¡crash! que le hizo pensar en la trascendencia de la vida, pero a la vez en su fugacidad y pequeñez respecto a lo que hay fuera de nuestra atmósfera. Una canción que va de lo más simple, a la mismísima grandiosidad de la vida para cerrar el disco. Un golpe de batería (diría que del Goliat) cierra el disco, pero atención, cierra la primera etapa musicalmente hablando de Marillion. Yo cuando lo escuché por primera vez y luego del tirón puse el siguiente disco que sacarían, Holidays in Eden (1991) le di un significado muy poetico a este hecho, ya que Marillion pasaría del color y lo progresivo, a nuevos terrenos.

Marillion - The Space (1989)


En muchos sentidos, este disco ha estado una de las mejores experiencias que he podido disfrutar debido a que me supo captar como oyente. Incluso el corazón me da un vuelco al pensar en todas las situaciones que me ha puesto música de fondo este disco tan sorprendente e intenso. Marillion, decidió andar por otros terrenos tras este disco, pues aún le quedaban años bien brillantes. Incluso a día de hoy han sabido componer grandes suites de temas trascendentes. Pero bueno, no me adelantaré ya que en algo así como un mes, mes y algo os volveré a hablar de ellos. Sabiendo lo exigente que soy, esta nota os parecerá magnífica y os puedo decir que sin duda la merece, porqué si luzco una camiseta de ellos hasta en el curro, es por puro orgullo.

Nota: 9

4 comentarios:

  1. Me ha encantado la crítica, Oriol. Este es sin duda uno de mis álbums favoritos de siempre. Los teclados ochenteros y las vocales, como cada uno de los riffs de guitarra que lo acompañan, son algo así como la banda sonora de mis primeros años de vida. Algunos de los temas de las letras de Hogarth son avanzados a su época, destacando por supuesto Seasons End, que habla sobre el calentamiento global en un año en el que nadie hablaba de ello y aún estaban por popularizarse términos como la "globalización" durante la década siguiente. El disco cierra con The Space, la mejor outro a un disco que yo haya oído jamás. Mi padre solía editar los vídeos familiares en los noventa antes de grabarlos en cintas VHS, y solía poner canciones de este álbum de acompañamiento. De ahí también la nostalgia que me entra cada vez que lo escucho.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, me alegra saber que otras personas guardan una relación especial con este disco. Los comentarios que has hecho los suscribo totalmente ^^

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  2. es un excelente disco.....pero Marbles es su obra Maestra!

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  3. Descubrí a Marillion al publicar F.E.A.R., otro discazo. Estoy totalmente de acuerdo con la descripción que haces de cada tema. La música de este disco se mete por cada poro de tu piel, te atraviesa y te eleva a un plano más alto, no sé cómo definirlo. Descubrir a Marillion ha sido un soplo de aire puro y fresco que necesitaba.

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