sábado, 28 de marzo de 2015

Crítica clásica: Love at First Sting de Scorpions (1984)

Si fuerais músicos ¿hasta que nivel os gustaría llegar de fama? Ser conocidos en vuestra ciudad, provincia, país... o por el contrario aspiráis a llegar a nivel continental o internacional. Otro cuento además es si queréis que sea en el ámbito que sea, se os conozca moderadamente o mucho. Muchos os preguntareis ¿y a que viene todo esto? Simple, esta era la situación en la que se encontraban los Scorps en este punto del cuento. Ya llevaban muchos años trabajándose con discos de alto nivel una considerable fama y por eso, los que se enganchaban con los nuevos discos en el carro de los alemanes, veían su bagaje. lo disfrutaban y ampliaban sus ventas.

Antes funcionaba así el mercado, requiriendo una mayor implicación del artista y paso por paso subir los peldaños de la fama y reconocimiento. Como podeis recordar, con Animal Magnetism (1980) ya dieron sus primeros pasos importantes en el mercado americano entrando en una posición honorable en las listas oficiales de éxitos. Pero había sido con Blackout (1982) que analizaré de aquí un tiempo, donde dieron el gran petardazo de ventas con disco muy muy sólido. Su próximo paso tenía que ser lo suficientemente bueno para conservar lo que había conseguido el disco anterior e incluso si cabe, aumentar las miras. Así que en 1983 junto a su productor de confianza, Dieter Dierks, se fueron al estudio de este en Alemania para grabar nada más y nada menos que su noveno álbum de estudio.

Como bien os dije ya, la formación de Animal Magnetism tendría una prolongación remarcable en el tiempo, hasta entrados los 90. Eso ayudaría a tener un equipo que avanzó su sonido, sin grandes salidas de campo ni divagaciones. A parte en la banda había 3 mentes creativas destacables: Rudolf Schenker en lo musical y Klaus Meine y Herman Rarebell en las letras. Siempre había funcionado así y estaba claro que ellos tres supieron crecer juntos como músicos y aprovechar su buen rollo con el resto de integrantes para dar buena forma a sus ideas. Porque lo tengo claro, hay bandas que en su segundo o tercer disco ya están tocadas de muerte por sus conflictos internos y el nivel decae, pero esas ansias de escalar y de ver que sería lo próximo tiró adelante con los ilusionados Scorpions.

Los machotes teutones vuelven a la carga
Por aquel tiempo (1984) tenéis que pensar que hubieron ciertas cosas que limitaban las pretensiones de llegar a número 1, primero la larguísima estela de Thriller (1982) de Michael Jackson, que 1 año y 4 meses después de salir a la venta seguía siendo número 1. En lo que era hard rock, nadie se imaginaba lo dominante que llegaría a ser 1984 (1984) de Van Halen, que con el single Jump se tiraría 2 semanas seguidas siendo número uno en ventas. A parte, eso ocurría muy cerca de la salida a la venta del disco de los Scorps, cosa que le dificultaría escalar más ya que Van Halen se mantendría 5 semanas seguidas en el número 2 en ventas (mientras que Scorpions con este disco llego al 6). Por último la banda sonora de Footloose con Kenny Loggins (1984) barrería el mercado con 10 o 11 millones de copias vendidas.

Por eso, lo que lograron ellos siendo forasteros de (la mahdrhe patrhria uesei) Estados Unidos fue muy loable. A parte, como no, volvieron a causar controversia con la portada del disco, con lo que a ratos pienso que era una táctica comercial provocativa. Ponían la portada subidita de tono, saltaban cuatro voces quejicas, lo dicen por la tele y ¡ándele, ándele! entre 200 y 500.000 copias más, muchas gracias conservadores recalcitrantes. Antes de entrar de pleno en la crítica quiero recordar, como Scorpions por aquellos tiempos estaba haciendo un híbrido entre hard rock y heavy metal, teniendo presente las nuevas tendencias que marcaban bandas como la ya nombrada Van Halen, que hacía un rock duro con una gran distorsión e increíble pegada.

Scorpions - Bad Boys Running Wild (En Vivo en Berlin, 1991)


El disco ya empieza con esa intención con un sonido muy punzante de guitarra y una batería densa y con los ecos de caja típicos de los 80. Bad Boys Running Wild, sería una muestra de ese hard rock bandarra que se llevaba a principios de los 80, esa imagen de Marlon Brando en Salvaje (1953), pero renovada a los más de 30 años de diferencia que habían pasado. El riff es increiblemente simple pero efectivo y Klaus Meine junto a las guitarras armonizadas le dan el punto más melódico. Además los constantes adornos solistas y el solo energizan mucho la canción, en un trabajo muy bueno de Matthias Jabs.

Pero todos la conocemos y hemos escuchado alguna vez por la radio, Rock You Like an Hurricane y aunque para muchos es un chicle ya muy mascado, hemos de saber ver el bombazo que es. Melódicamente es más rica que la anterior y tiene mucho gancho, la guitarra solista te devora desde el primer momento convirtiéndola en algo muy memorable para los años 80. Para la gente que va de discotecas electrónicas y bailes repetitivos, pues tienen sus bachatas, música máquina, reguetón, house y pop comercial. Para los que vamos de birras, de risas y somos rockeros, esta es de las mejores compañías que te pueden venir porque entre amigos es de las que toda la gente corea el estribillo.

Scorpions - Rock You Like an Hurricane (1984)


Lo destacable, es que muchos que entramos de lleno con los Scorpions empezamos por esta canción, pero con los años nos diseminamos a otros discos como nuestros favoritos. Pero le tenemos que agradecer los buenos momentos que nos ha regalado y lo que nos ha llevado a descubrir. Sigamos con I'm Leaving You, una notable canción que sería terriblemente comercial, incluso más que la anterior por tener una formula de pop distorsionado. Pero no mentiré, le sienta genial al disco tener canciones como esta y no seré yo quien mire mal a la banda por sacar en su época su faceta comercial sin traicionar a sus principios.

Coming Home, empieza como si fuera una balada típica de las que podemos ver en todos sus discos. No os dejéis engañar, la canción es como la dinamita y después de la mecha explota en un ritmo desenfrenado, cogiendo un poco de aire épico a lo Iron Maiden. No es nada descartable la influencia, ya que Maiden y Scorpions tocaron juntos en la gira de Blackout por Estados Unidos. También tiene grandes maneras The Same Thrill, que a ratos me parece una fusión entre la música de Van Halen y Sweet, con todo de influencias modernas del virtuosismo del speed y thrash. Tiene un par de riffs incrustados de manera muy efectiva y Jabs está que se sale toda la canción. Rarebell se vuelve megaloco al final de la canción haciendo una exhibición brutal de batería.

Scorpions - The Same Thrill (1984)


Otro himno de Scorpions sería Big City Nights, que tiene un sonido más oscurete que lo visto hasta ahora. Me recuerda un poco a esas canciones de los discos de los 70 que eran más hard rock clásico lleno de momentos de drama musical. Lo que ocurre es que cuando veo el videoclip se me va un poco la épica por el retrete, pero mejor lo ignoro. Aunque eso si, no neguemos que las chicas del videoclip son realmente guapas (pero mejor no resalto mucho eso que tal vez me vienen a tachar de machista). As Good as the Good Times Roll, encajaría perfectamente en la estética de lo que algunas bandas de glam harían durante la década como Poison, Mötley Crüe o Bon Jovi. Pero no negaré su buen hacer y que su contundencia me sabe llenar.

Llegamos a la parte final del disco con Crossfire, una canción de sonido más suave que me recuerda cosas que posteriormente haría Iron Maiden en Somewhere in Time (1986) o Seventh Son of a Seventh Son (1988). Seguro que muchos al escucharlo lo reconoceréis ese sonido y veréis lógico que haya podido influir a los ingleses. Lo que su fallo es que es bastante repetitiva y acaba siendo la peor del disco, ya que no desarrolla una idea antibelicista con mayor pretensión musical. Pero el mal gusto (relativo) nos durará poquísimo con la gran Still Loving You, con ese aire medieval/renacentista de guitarra tan grandioso que la acompaña. Tan soberbia, que poca descripción necesita más que escucharla. Sin duda, la mejor del disco.

Scorpions - Still Loving You (1984)


Un momento muy grande para Scorpions, que les consolidaba como una de las mejores bandas del rock en general. Con algunos clásicos bien repartidos por el disco y otras grandes y marchosas canciones, tal vez estamos ante el disco más versátil que sacaron a lo largo de su carrera, que no necesariamente el mejor. Pocas bandas podían decir y actualmente más aún, que después de 9 discos seguían teniendo una gran creatividad y que sabían explotar con equilibrio y buen gusto su fórmula. Supieron adaptarse a los gustos de la época no para venderse, sino para modernizar y mejorar sus canciones. A la par, Love at First Sting sabe rescatar sonidos que no veíamos desde la partida de Uli Jon Roth, cosa muy notoria. Un muy gran e imperecedero disco.

Nota: 8,6

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