lunes, 8 de febrero de 2016

Crítica clásica: Neu! de Neu! (1972)

Trolear al mundo de la música es un hecho que no se queda nunca anticuado. Los humanos andamos con unos principios preestablecidos de los mínimos que ha de tener cualquier cosa para ser digna, pero ¿y si no estamos de acuerdo con eso? La respuesta es el troleo. En principio todo empieza con la intención de joder a los de arriba, ser l'enfant terrible que tiene un berrinche adolescente. Al final, se convierte en lo que la historia llama "el momento de la ruptura". Desafortunadamente, hay revoluciones que se dan por el subsuelo de la sociedad normal y si bien no consiguen el impacto esperado, al final acaban influyendo a las personas adecuadas.

En la historia de hoy nos tenemos que situar a principios de los años 70, en un entorno musical realmente especial en el que existía una renovación del rock, el pop, el inicio de la explosión del funk y el gran mar de música progresiva que se estaba originando. Esta música progresiva, tubo en Alemania su auge a través del conocido como krautrock, que nos trajo consigo bandas como Tangerine Dream, Faust o Kraftwerk, que tenían una sonoridad bastante particular y diferenciada del progresivo inglés. Esa diferencia sobretodo recaía en la electrónica que los alemanes añadían a su fórmula y como esta se conjugaba con una cierta aleatoriedad melódica; por lo tanto, siendo unos músicos muy cercanos a las novedades que había traído consigo Karlheinz Stockhausen (básicamente uno de los padres, sino el padre de la música electroacústica clásica).

Entre las nombradas, centrémonos en Kraftwerk ya que en ella se formó la semilla del disco que hoy vemos. La banda liderada por Ralf Hütter y Florian Schneider, tubo en su seno en sus inicios a un batería de sesión llamado Klaus Dinger, pero dentro de la formación, Dinger no tenía suficiente cancha para aportar sus ideas y después de intervenir en el álbum de debut, Kraftwerk (1970), se fue. Dinger conocía a un talentoso músico que había intervenido en The Spirits of Sound (banda que en los años 60 uniría al personal que luego formaría Kraftwerk), ese era el tecladista Michael Rotter. Los dos músicos congeniaron en su idea, crear una alternativa sonora a Kraftwerk y a Tangerine Dream. Las sesiones de grabación fueron fugaces y en diciembre de 1971, empezaron y acabaron el disco.


Ante todo, debo advertir que este disco no es una escucha normal recomendada para cualquiera (aunque dentro de lo que cabe la escucha es accesible). Las composiciones que se han elaborado para este disco tienen un concepto muy claro de minimalismo, con simples adornos. Esa era una gran diferencia entre Neu! y las otras dos bandas, un sonido más sencillo y despojado de mil efectos. Por ejemplo en Hallogallo (fiesta dura), podemos sentir un patrón musical fijo a lo largo de la canción con una melodía bastante indeterminada. El patrón fijo que estaban aplicando en este tema, tendría tanto éxito que se propagaría en otras bandas y se haría llamar Motorik (por su patrón mecánico, como de motor). De una forma sutil, se transmite ese aura que con los años tomarían bandas como Sonic Youth. Las variaciones en la melodía se dan después de minutos, por lo tanto, las progresiones quedan muy disueltas entre una massa bastante uniforme. Incluso parece que esconde trazas de la que luego sería la filosofía del punk (simplicidad por encima de la pretensión).

En Sonderangebot (oferta especial, vaya títulos) la fórmula cambia ya que nos encontraríamos ante un exponente más cercano a la música concreta. Neu! Para que nos entendamos es de esas bandas que coge elementos vanguardistas e intenta trasladarlos a la música popular o mejor dicho, a una subcultura de la música popular. Igualmente se nota el carácter investigador de este disco, ya que en la transición de la canción anterior a Weissensee (mar blanco), se transmite una tímida sensación de música progresiva a través de los patrones de batería. Esta es una de esas piezas que reflejan el papel que jugaría el minimalismo y el new age en el progresivo de mediados y finales de los 70 con Mike Oldfield o algunos discos del ya más electrónico Tangerine Dream, por ejemplo.

Neu! - Hallogallo (Fragmento, 1972)


Pasamos el ecuador del disco con Im Gluck (afortunado), que pertenece a la suite Jahresübersicht que básicamente ocupa toda la segunda cara del vinilo. Ciertamente, sigue el estilo y sonido de Wiessensee tanto por ritmo pausado como por melodía. Pero en la segunda parte de la suite, nombrada Negativland (tierra negativa), pasamos a una sonoridad muy interesante, generada por un koto (banjo japonés) que junto al bajo genera una línea de sonido muy rara y repetitiva. Además se vuelve a repetir el patrón rítmico motorik, que se traduciría musicalmente a un 4/4 constante a lo largo de la melodía y que solo cambia de velocidad en algún tramo. Lo particular de esta pieza es como alterna sonidos extraños generados por la guitarra distorsionada y a la vez le añade samplers (efectos sonoros registrados) que creo que le quitan el carácter melódico y le dan un sentido más rítmico. 

Lieber Honig (mejor miel) es la creación más rara de todo el disco y es un cierre un tanto raro, pero que en realidad cumple con este aura extraña que busca tener el disco. Esa guitarra tan simple a la que luego sigue la bizarra intervención vocal de Klaus Dinger, resulta hasta un paraje tétrico al que sólo apacigua un poco el teclado. Los sonidos ambientales e industriales, inundan literalmente la parte final del tema. Lo más curioso es que todos esos efectos dotan de una textura a la música que si hicieramos una reflexión de algo similar a día de hoy a nivel musical, pienso en Nicolas Jaar. Lo sé, Jaar hace una música a nivel más puro, pero el nivel de textura, de sonido que parece tomar forma y salir de los altavoces en forma de objeto imaginario tridimensional y eso me parece muy patente en este disco.

Neu - Negativland (1972)



El debut de Neu! al mercado es un disco de música en el sentido más descompuesto de la palabra. Aquí nos encontramos ante una especie de laboratorio en el que se preguntan igual que muchos grandes compositores de la primera mitad del siglo XX ¿que es la música? Lo que ocurre es que lo que estas reflexiones son trasladadas a un público que en principio busca cosas un tanto más convencionales. El gran problema es ¿como se valora una creación que rompe los principios tradicionales de lo que esperas en un disco? No hay prácticamente letras, las melodías son difusas y la técnica musical se mezcla en un mar de efectos, que igualmente no destruyen la idea de que esta música sigue unos patrones muy simples. En este caso voy a tener que poner una nota que mezcle la innovación y mis emociones ante el disco.

Nota: 8,55

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