domingo, 14 de febrero de 2016

Crítica clásica: Mutter de Rammstein (2001)

Una de las bandas más importantes del mundillo metal en los últimos 20 años ha resultado ser una banda alemana con una fuerte influencia de la música industrial. Rammstein podría decirse que es la legítima heredera del papel vital de los alemanes en el rock duro tras Scorpions y Accept. Esa para nada es una afirmación gratuita, ya que se ha demostrado que su estilo hablaba para su generación igual que las dos respectivas bandas anteriores lo hicieron para sus décadas. A la vez hace falta entender en que contexto encontramos a Rammstein y que novedades nos trae.

Primero, nos debemos situar a mediados de los 90, cuando la moda estaba en todos aquellos corrientes musicales alternativos. El rock, el pop, el metal, incluso el folk existían de una forma un tanto peculiar y todas aquellas bandas que querían conservar las formas clásicas, pues quedaban apartadas del camino. El grunge estaba dejando atrás al hard rock tradicional; el metal industrial, el nu-metal, alternativo y el groove (Sepultura, Marilyn Manson, Faith No More, Korn o Pantera) tomaban el relevo de el metal convencional y melódico de los 80; el rock con electrónica era el nuevo boom (Nine Inch Nails, con los años Radiohead), la música pop se convirtió en un filtro donde se permitía todo gusto y estilo (Jamiroquai, Spice Girls, Backstreet Boys, Madonna, Take That...). En todo este batiburrillo había sitio de sobras para una banda como Rammstein, que sintetizaban un nuevo sonido para el rock duro alemán junto a otra importante banda alemana Oomph!

Hoy. vamos a analizar un momento ya avanzado de esta fase de transformación de la música. Es decir, vamos a saltar de golpe algunos peldaños de la carrera de Rammstein para ver como esa escena alternativa de los 90 pudo continuar o más bien, tener sus deseados frutos de los que se bebe hasta la actualidad. Era el año 2000 y ya había pasado mucho tiempo desde que la banda había saboreado las mieles del éxito con Sehnsucht (1997) y era hora de ofrecer un sucesor a ese disco. Toda la banda preparaba una seguidilla de canciones que continuaran con aquel sonido que los elevó a la fama a finales de los 90, pero con la feliz idea de implantar alguna novedad sonora. Eso, junto a las letras de Till Lindemann presagiaban un paso adelante en la carrera de la banda

Y desde buen principio en Mein Herz Brennt ya se percibe la potencia clásica de la banda pero fusionada con un carácter más épico y sinfónico. La parte orquestral de fondo aporta una enorme teatralidad y drama a la canción. La letra de la canción bastante bien trabajada trata de una especie de canción sobre los temores de cuando de pequeños nos vamos a dormir. Esta primera canción demostraba que las bondades de la tecnología musical habían dado más grosor al sonido de la banda. Otro nuevo elemento que se veía es que el estilo clásico de Rammstein había sido pulido. ¿Cual es ese estilo? Riffs simples mezclado con un pulso de batería contundente, la voz dominante de Till y los coros femeninos que rellenan el sonido de la canción como un pavo en Acción de Gracias. Para muestra un botón, Links 2-3-4. Eso si, he de admitir que la banda seguía teniendo un fallo que me aleja un tanto de ciertas melodías suyas.

La repetitividad, tan marcada en una música que no busca ser compleja pero a la vez rica. Y es que si bien en melodías como Sonne, ya va bien que se repite el estribillo tan épico que tiene, para mi gusto hay ocasiones en las que el sonido los encasilla demasiado en un tipo de melodía o riff. Un ejemplo claro es Ich Will, que si bien es una melodía pegadiza, me resulta simple y repetitiva. Podría ser una pieza intercambiable entre Mutter y Sehnsucht. No es que tome el estilo y lo evolucione, sino que es una especie de calco 1:1 de lo que me podía encontrar en el disco de 1997 con todo lo bueno y a la vez todo lo malo. No quita igualmente el hecho de que me guste el mensaje que Lindemann implanta en sus letras y el tono grave y aleccionador que infunde en ellas. En Sonne, me gusta esta especie de canto al sol como de forma mística. Parece un tipo de reflexión sobre como las divinidades o mitos que creamos y creemos pueden ser tan poderosos, que pueden llegar a ser destructivos.

Rammstein - Links 2-3-4 (En vivo, 2013)


De alguna forma creo que volvemos al mismo problema con Feuer Frei! en lo que a hits se refiere. Una creación con mucho gancho de primeras, pero que creo que pierde un poco de gracia por quedarse un tanto estancada en un punto y no expandirse más melódicamente. Es como que me gusta, pero de una forma muy mecánica, me gusta mucho su contundencia pero necesito pedirle más para que llegue a lo que considero muy bueno. En cambio, Mutter, que da nombre al disco (y que significa madre) me da algunas razones más para que me guste sin llegar a fascinarme. Un trabajo sinfónico más trabajado y una letra que habla de un hombre sin madre y que añora ese papel protector, alimentador y cariñoso en su vida y por eso, maldice a esa madre que nunca tubo. De alguna forma, estas letras de canciones me hacen pensar en leyendas y rituales griegos en los que la épica y la tragedia iban unidas de la mano para ofrecer contenido con corazón y reflexión.

Spieluhr, es otra melodía de letra currada pero que me cansa por su patrón ya muy visto en la banda. Es decir, siempre llegamos a esa calidad notable con toques de electrónica que adornan (de mano de Christian Lorenz) los acordes duros de guitarra de Richard Kruspe y Paul Landers; pero le falta algo más de chicha para enamorarme. Y es que mucha gente me ha vanagloriado este disco por su calidad, pero creo que de momento aún con muy buenas ideas, le falta algo. Zwitter por otro lado recupera enteros de los que anteriormente había perdido por su sonido típico Rammstein y por su letra que hace referencia a la abertura de sensaciones de un/una hermafrodita. A parte, es un tema parido con más bemoles y seguridad; da la sensación de aportar mucho carácter al disco. Los cambios de patrón de batería, la rudeza de Lindemann (y su sarcasmo) y como las guitarras exprimen bien la fórmula típica de la banda, pues la elevan de una forma extraña entre mis favoritas.

Rammstein - Sonne (2001)


Y si algo funciona ¿para que cambiarlo? Seguramente pensaban los integrantes de la banda con Rein Raus. Un riff que podría ser una variación de Du Hast, acaba siendo algo más convincente de lo que el simple auto plagio nos podría presentar. De nuevo una melodía que tiene carácter viene a solucionar la papeleta de mi opinión de este disco. La intro con esos tecladillos y la parte más épica a partir del minuto 2:37, no se puede negar que animan a seguir adelante para ver el último tramo del disco. En Adios, el trepidante ritmo de batería le da bastante sustancia a la canción que no se aparta un ápice de lo que se puede esperar de esta banda. Una especie de solo de guitarra sobre el minuto 2:17 le da un punto interesante a la canción y el detalle de los samplers (grabaciones de voz intercaladas) con la respiración acelerada de Lindemann acaban dando un acabado muy satisfactorio al tema. En estas dos canciones los temas son sexo y drogas, sin ningún reparo, letras directas y sin tapujos. Nebel, con la que termina el disco, ofrece un cierto espíritu de nostalgia (sehnsucht, ¿lo pilláis?) y que no está mal, pero que en mi criterio, no me parece nada desorbitado o de calidad espectacular, aunque si con un punto emotivo.

Mi realidad con este disco es un tanto extraña, ya que si por bien veo que consiguieron reforzar su potencia y a ratos añadir trazas de cosas nuevas, hace falta decir que a veces el disco parece que se queda a medio camino de todo aquello que podría ofrecer. Me gustan bastante la mayoría de sus canciones y es innegable que el disco tenía algunas razones para aumentar la fama de la banda alemana. Pero dudo mucho de ese estatus tan alto que me han puesto algunos fans de la banda con Mutter (2001), ya que no me parece tan rompedor en sonido como me vendían. Una confirmación de que la banda seguía en forma y muy viva, pero una alerta escondida de que se podían estancar estilísticamente hablando.

Nota: 7,9

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