miércoles, 10 de junio de 2020

Crítica: Father of the Bride de Vampire Weekend (2019)

Una de las esperas más largas en lo musical que he pasado en la década de los 2010’s ha sido la del sucesor de Modern Vampires of the City (2013). El tercer disco de estudio de la banda de Nueva York, Vampire Weekend, había sido un éxito no sólo dentro de la escena indie, sinó en la gran imagen de la música estadounidense de su año. Incluso si miramos las listas semanales de ventas a nivel internacional, este disco había logrado escalar en varias de ellas al top 10. Público y crítica aclamaba el disco y sin duda la maquinaria de promoción discográfica estaba con ellos, eran la nueva gran promesa de la música popular de su país.

Y no seré yo quien niegue la calidad que tenía el disco,el cual tenía unos cuantos temazos y realmente no tenía material malo. Eso sí, había dejado de lado el sonido world beat de ritmos africanos y melodías coloristas que identificaban a la banda en los dos primeros discos, todo era más serio y entre comillas minimalista. Mi gran duda era ¿van a seguir con el mismo estilo o van a dar un cambio más? Rostam Batmanglij (compositor y multiinstrumentista de la banda) se iba en 2016 con todo el peso que había tenido en crear el sonido distintivo de la banda y Ezra Koenig (cantante y guitarrista) como líder visible de la formación, parecía más centrado en otros proyectos.

Cuando una banda tarda tanto tiempo en hacer un disco nuevo y más siendo relativamente nueva me preocupa, ya que puede perder el filón compositivo o pasar tantas cosas en medio que al volver a estudio salga algo muy alejado de aquello que les hizo destacar. Para ser justos a veces estos cambios salen bien, pero muchas veces nos encontramos o algo irreconocible o una mera caricatura del sonido que todos recordábamos. Pero me voy a dejar de divagaciones para adelantar que a nivel de estilo este disco realmente me convence y que puede ser una buena base para la música de la banda.

Cálido y agridulce

Lo que más domina en este disco es un cierto tono veraniego y agradable, que tira mucho del folk, pop, indie rock y hasta momentos de soul o jazz funk. Por momentos recuerda a lo visto en el disco anterior pero siempre tendiendo a lo feliciano o a lo nostálgico. El propio título del disco Father of the Bride (el padre de la novia) parece evocar a esta sensación de llegar al momento de nuestra boda, sentirnos felices pero al ver a nuestro suegro trayendo a nuestra pareja, reflexionar sobre la vida, el amor, la madurez, las dudas… Según Ezra Koenig el título del disco surgió de ver la película del mismo título de 1991.

A esta aclaración que hizo Koenig en el programa Beats 1 de Zane Lowe, se le sumó el hecho de que entrevistador y entrevistado coincidían en el hecho de que el título evoca a un momento agridulce en el que hay muchas sensaciones a la vez que digerir y se vuelve confuso de valorar. Pero para dar mi última puntilla sobre el estilo del disco, debo decir que este me confirma mi teoría de que Vampire Weekend es como una banda que parece nacida en el universo musical del álbum Graceland de Paul Simon (1984). Lo que ha pasado es que con los años esa entidad ha madurado y evolucionado lo suficiente como para convertirse en autosuficiente respecto a su “padre”.

El disco empieza con Hold You Now que muestra un cierto aire folk de terracita en verano sin ninguna sorpresa más allá de la reconocible voz de Ezra Koenig. De repente, la canción hace un parón como si hubieran acabado de grabar una toma y da paso a un coro compuesto por Hans Zimmer para la película La Delgada Línea Roja (1998), primera sorpresa. Volvemos a la melodía inicial y segunda sorpresa, una voz femenina que encaja mucho con la de Koenig hace una respuesta a las primeras estrofas del mismo. La cantante es Danielle Haim de la banda HAIM y su inclusión en el disco se dió para reforzar el sentido de diálogo de algunas de las canciones. 

Arbol de Sephiroth: Simbología de las canciones del disco
En este caso, el diálogo es sobre cómo una pareja de amantes quiere disfrutar el momento aunque saben que no tiene futuro su relación. Ella está por casarse con su auténtico marido y él tampoco va a esperarla para siempre. Aunque él le expresa sus sentimientos, ella está en su boda y pensando en empezar una nueva etapa, sólo puede mostrarle a él su simpatía por ese sentimiento y conservarlo en su vida por ahora. La influencia para este tipo de canciones dueto viene de las que hacían Conway Twitty y Loretta Lynn según el propio Koenig. Una canción muy acorde al tono agridulce que os anunciaba del disco.

Harmony Hall sigue con el tono veraniego de terracita en la playa con unas guitarras acústicas de riff escalonado. La parte vocal reposa bien sobre esta base acústica, aunque en el pre estribillo la entrada del teclado recuerda mucho a la vertiente más bailable del sonido Madchester y dance de principios de los 90 (Happy Mondays, Primal Scream, Stereo Mc’s). El estribillo florece con una melodía que es absolutamente motivadora e incluso la canción deja espacio para un interludio de piano, que recuerda a las típicas referencias de la música clásica que ha habido en anteriores discos de Vampire Weekend. Uno de los hits del disco en el que el exmiembro Rostam Batmanglij colabora en la producción del mismo,

Mucho se especula de si esta canción habla sobre el sistema en el que el mundo se rige y como bajo una presunta sensación de ordenada democracia y de querer mostrar una faceta idílica, se esconden élites sin moral. Koenig dice que posteriormente a la composición de esta canción descubrió que muchos esclavos en las plantaciones llamaban irónicamente harmony halls a sitios donde eran obligados a trabajar y eran maltratados. La canción también trataría sobre el enfurecimiento social respecto a la situación política, pero al mismo tiempo del error de sólo rodearnos de voces que nos dan la razón y no tener más ángulos a la hora de ver la realidad. 

La breve Bambina mezcla en su corta duración momentos de folk, indie rock y coros espirituales. Y tanta variedad parece simbolizar el lío mental del personaje que nos retrata la canción: una persona cristiana que viendo el embrollo político, de valores y social que vive Estados Unidos, ya no se siente conectada con la tierra en la que nació y parece estar determinada a irse. En ciertos versos, la canción hace referencia a la incertidumbre de vivir en una sociedad en la que en cualquier momento se pueden poner en duda tus valores e incluso perseguirte por ellos, haciendo un símil con los creyentes que en el mundo romano eran llevados a las arenas para ser ajusticiados.

Danielle Haim y Ezra Koenig

El contraste entre tono y mensaje sigue con This Life, otro de los grandes temas que tiene este disco. Con su aire festivo y divertido parece una canción dedicada al disfrute de la vida, pero es todo lo contrario (por si alguien se quería precipitar a meterla en un anuncio de cerveza este verano). En ella se nos habla de una relación de pareja tóxica en la que los dos se son infieles mutuamente. El punto de vista és el del chico y este nos hace reflexiones sobre su sorpresa de que la relación esté en este punto, pero luego admite que en verdad ha estado fallando a otros y a sí mismo toda su vida. La canción me parece un mensaje claro a que cuando uno ve que las cosas importantes de la vida parecen fallar o no funcionar, tal vez es hora de replantearnos nuestra forma de vivirla.

En esta canción participa a nivel compositivo Mark Ronson que ofreció la base de la misma con la línea de bajo. Ronson para quien no lo sepa ya es un compositor, músico y productor que destaca por haber compuesto éxitos como Uptown Funk o haber producido con artistas tan reconocidos como Amy Winehouse, Lykke Li o Miley Cyrus. Pero él es solo una pequeña pieza de un disco que ha visto pasar a muchos colaboradores, pero que también ha sumado a muchos músicos en sus sesiones de grabación para poder abordar los múltiples estilos que Ezra Koenig quería abordar en este proyecto y que estamos repasando.

Chris Baio
Uno de los estilos que parece recuperar y enriquecer es el que muestra la canción Big Blue. A nivel melódico y de tono recuerda a las canciones de tono más nostálgico y tranquilo de Modern Vampires of the City, aunque el elemento folk/blues de guitarra que tiene este disco parece ser el Avecrem que se le añade a este caldo. Su mensaje es el de una persona que se ha sentido conectada con la Tierra y su naturaleza, que se ha sentido acogida y maravillada por la misma; pero que luego se sitúa en el ángulo de hablar por toda la humanidad y preguntarse: “¿aunque a veces nos sentimos tan conectados y agradecidos contigo, volveremos a caer como siempre en el error de maltratarte?”

Otro dardo camuflado en bonitas formas es How Long? que bajo su estilo indie y funk, se puede ramificar en dos mensajes, uno de desamor y otro de política. En el campo sentimental nos hablaría de una pareja en la que una parte fuerza a resignarse a la otra a aceptar lo que hay o cortar. En la parte política parece la decepción de verse forzado a conformarse con la opción que hay si quiere votar la ideología que quiere (en su caso, conformarse con Hillary Clinton habiendo mejores opciones para el progresismo político). Al mismo tiempo, le añade a las dos interpretaciones la pregunta ¿de qué sirve que hablemos de renovación en el amor o política, si siempre volvemos a las viejas formas tóxicas?

Unbearably White (insoportablemente blanco) es una canción intimista que en contra de lo que muchos especulan, no trata sobre temas raciales. Nos habla de aquello tan ideal que nos resulta inalcanzable o de aquello tan duro que resulta inasumible para nuestra mente. Como el capitán Ahab que queda encegado al el blanco tan intenso de la ballena Moby Dick. Esos ideales o terrores que nos hacemos en la vida nos generan frustración al no asumirlos que esta canción refleja en una pareja que no está en su mejor momento, pero que no se atreve a cortar para no tener que aguantar solos la frialdad de la vida.

S.E. Rogie
Otra composición breve aparece con Rich Man, una de las canciones más particulares pero que hacen más completo el viaje estilístico del disco. La base de guitarra folk con sonido añejo es un sampleo tomado de la canción Please Go Easy with Me de S.E. Rogie (1962), un guitarrista de Sierra Leone que hablaba en su canción original sobre el amor y las desigualdades económicas de su país. Koenig toma esa base para hablar tal vez de sí mismo como una persona rica pero que es feliz y agradecido con lo que tiene. A medida que avanza la canción, hace referencias a números más grandes, referenciando a que el dinero atrae más dinero, pero que el exceso de codicia trae la infelicidad.

El segundo dueto con Danielle Haim se da en el tema Married in a Gold Rush, que en principio se había compuesto con un sonido más country, aunque conserva un poco del pulso que tiene este estilo de música en su forma final. En este caso el tema recurrente del amor visto en el disco, pasa de la visión amarga de la ruptura o miedo a la soledad a una más de afrontar que el matrimonio no siempre tiene que ser felicidad o momentos idílicos. La pareja en su diálogo da a entender que es mejor deshacerse del peso del oro (las fantasías irreales), para no caer en la decepción y una posible ruptura. Su conclusión es que deben reinterpretar su relación, ser realistas y amarse por lo que son.

My Mistake, sigue la fórmula de las baladas tranquilas que han ido paulatinamente poblando los discos de la banda desde el lejano Contra (2010). Pero en este caso le noto que a diferencia de las anteriores, que enriquecían su quietud con algún clímax tranquilo más orquestal inspirado en la música clásica, en este caso se opta por el toque jazz de viento y blues con la guitarra acústica. La reflexión de esta canción es sobre un inmigrante refugiado que se fija en su situación actual mientras recuerda su juventud despreocupada. Este hombre considera que sus mayores errores han sido querer cruzar la frontera y creer en la consideración de la gente, ya que no se le está dando un trato humano.

Chris Tomson

Otra de las composiciones curiosas que tiene este disco es Sympathy, que me recuerda a la primera vez que escuché la canción The Blood en el disco A Head on the Door de The Cure (1985). Las dos parecen cumplir el mismo rol en su respectivo disco y sólo hace falta escuchar lo que dice Koenig antes de empezar la canción para hacerse a la idea: “Creo que me tomo demasiado en serio a mi mismo y no soy tan serio”. Una canción de flamenco o también le podríamos llamar freak folk/flamenco que parece romper más aún las barreras estilísticas de la banda. En el minuto 2:17 hasta parece que la canción tenga que convertirse en Seven Nation Army (The White Stripes, 2003) por el compás de bajo que suena.

La canción tiene un mensaje crítico hacia la simpatía que cristianismo y judaísmo tienen entre ellas para combatir juntas al islamismo. En su letra se hace referencia de forma muy creativa a bases navales o a como la reina Isabel de España se refería a los musulmanes como mosquitos. Incluso hay un párrafo en la canción en la que las dos religiones dialogan para entenderse como dos chicas o chicos que han sido traicionadas por la misma persona y en eso encuentran su entendimiento y su objetivo común, odiar el islam. Pero el ataque más duro frente a esta práctica llega cuando se compara las invasiones de Estados Unidos a países del oriente medio con los valores de El Triunfo de la Voluntad (1935), el film que ensalzaba los valores nazi.

Sunflower es otra de las canciones más interesantes a nivel melódico del disco, ya que tiene este tono jazz/funk con una parte de guitarra muy escalonada y dominante. En su brevedad destaca como sabe fluctuar entre agilidad y suavidad sin perder un tono muy agradable y tranquilo. Creo que por estilo estaría muy relacionada con cualquier canción hippie de los 60’s-70’s y más cuando llama a las personas de vida diurna girasoles y hace una metáfora del sol como su dios. En el segundo tramo de la canción las contrapone a esas personas que esquivan el día como si fuera el mal y se sienten llamadas por la noche como su entorno natural.

Flower Moon, es el yang del yin visto en la canción anterior relacionando el mundo nocturno con el presagio bueno y malo. La canción parece ser agitada y divertida para espantar los terrores a las energías de la noche y la maldición de esta flor de luna de la que se parece hacer mención. Pero a parte, parece que la noche es una referencia a un periodo en el que estamos y si no solucionamos los problemas de la noche antes de que llegue el día, los problemas pueden quedarse por una temporada. Eso último parece ser una sutil referencia al cambio político, social y climático que se está dando en nuestros tiempos.

Portada del cassette de Watering a Flower (1984)
Para el siguiente tema debemos hablar primero de la melodía de la que nace. En 1984 Haruomi Hosono (miembro de la banda de synthpop japonesa Yellow Magic Orchestra) compuso unas melodías ambientales para ser usadas en anuncios de la compañía de productos del hogar Muji. De estas melodías, que serían recopiladas luego en el álbum Watering a Flower, Koenig tomó la composición llamada Talking para dar base a 2021. En esta canción el cantante se pregunta si la banda continuará siendo popular en el futuro y relaciona su pervivencia con la oxidación que sufren los diferentes metales. 

Esta relación viene dada por un estudio de las Odas de Horacio (23 a.C) en la que el autor dice la afirmación: “He logrado hacer un monumento más duradero que el latón”. Y respecto a esta duda que tiene el compositor sobre su banda, cabe decir que a estas alturas del disco ya da la sensación de que por estilos, producción, músicos y compositores que intervienen en el mismo, se está ampliando de forma muy notable una paleta sonora que ya era muy rica y muy personal en los tres discos anteriores. Eso si, me doy la concesión de reflexionar un poco más sobre la ambición de este disco al final de este artículo.

Antes vamos a hablar del último tramo del disco empezando por We Belong Together. Este último dueto con Danielle Haim, fue originalmente compuesto por Koenig y Batmanglij y habla de cosas contrapuestas que al final en la vida real se combinan, como los dos personajes que tienen un diálogo en esta canción que va entre el amor y el reto. Esta canción igual que algunas anteriores parece hacer referencia a músicas de hace 5 o 6 décadas pero con recursos típicos de Vampire Weekend, haciendo que todo quepa en su universo musical.

Stranger trata sobre la sensación de estar en el mismo sitio que un grupo de gente que se lo está pasando bien y de alguna forma sentir que se pertenece a ese momento/sentimiento de disfrute. Algo en su melodía me recuerda a los openings de sitcom familiares de los 80’s y 90’s, aunque admito que és una impresión muy personal. Spring Snow en cambio parece tratar sobre cómo se ha retrasado el apocalipsis climático que cierta gente preveía, pero que sin duda se notan ciertos cambios que resultan nocivos tanto para la Tierra como para las personas. 

Berlin, 1945
Finalmente tenemos Jerusalem, New York, Berlín, un cierre que tiene que ver mucho con grandes capitales del mundo y sobretodo ligadas a la historia del pueblo judío. Berlín fué una gran capital judía a principios de siglo XX pero con la presencia nazi, se mezcló su exterminio con la fuga de muchos de ellos a otras tierras prometidas (propósito clave en la historia de su religión), sobretodo a las dos otras capitales nombradas. Koenig parece hacer referencia primero a ese bando sionista que fue a Jerusalem y decidió defenderse a través de armarse. Otros decidieron seguir con su propósito de prosperidad a la nueva tierra prometida de Nueva York. El gran problema que plantea es que aunque los primeros profetas de la religión podían hablar de un futuro brillante, la gran duda es si ahora hay buenos representantes que puedan lograr aquello que se predijo.

El momento de la obra ambiciosa

Father of the Bride me recuerda entre comillas a los proyectos de disco doble que otras bandas de la música popular han querido realizar a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Primero aclarar que con 57 minutos de duración (en la edición normal) no estamos realmente ante lo que actualmente conocemos como un disco doble, sino como un ejercicio un poco más largo de composición por parte de la banda (normalmente sus discos en edición estándar han ido durando entre 35 y 40 minutos). Pero dejando de lado eso coincide con muchos valores de discos de este estilo.

Por ejemplo, el primer símil que me vino a la mente cuando escuché por primera vez este disco fué el White Album de The Beatles (1968), ya que en los dos se muestra de una forma amplia a las bandas sacando todos sus recursos estilísticos hasta el momento e incluso haciendo expediciones a estilos géneros sin dejar de ser el sonido que se espera de la formación. Al mismo tiempo la portada minimalista haría referencia a otros discos con este carácter ambicioso, como el propio disco de The Beatles, pero también al The River de Bruce Springsteen (1980) o a Tusk de Fleetwood Mac (1979).


También recuerdo otros discos dobles que me sirven para esta reflexión como Physical Graffiti de Led Zeppelin (1975) o Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me de The Cure (1987). Y es que cuando pienso en ellos o en la mayoría de ellos, los percibo como discos en los que el 80-85% de su material es muy bueno o de lo mejor que ha compuesto su respectiva banda, pero el otro 15-20% sin ser malo ni en el reintegro, huelen más a ese relleno que si lo quitas pues queda un disco excelente. Father of the Bride resulta ser a mi parecer el peor disco de Vampire Weekend, pero de una forma muy curiosa ya que me sigue pareciendo muy bueno y con letras y melodías inteligentes y variadas. Su gran pega es ser menos conciso que los discos anteriores haciendo que las buenas ideas queden más esparcidas.

Valoración: 🌟🌟🌟🌟 (Muy bueno)

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