jueves, 25 de junio de 2020

Crítica: Chromatica de Lady Gaga (2020)

En uno de los momentos más peculiares y desafortunados que nos ha tocado vivir en muchos años, ha aparecido el nuevo disco de una de las figuras clave de la música pop de lo que va de milenio. Y es que 2020 no va a pasar a la historia por ser el año de la publicación de este nuevo disco, pero la niebla no hace que el mundo deje de existir. Tanto es así, que en estos meses se han publicado algunos discos clave para el inicio de la década en lo que a pop se refiere: Dedicated Side B de Carly Rae Jepsen, How I’m Feeling Now de Charli XCX o Future Nostalgia de Dua Lipa. Pero la pregunta clave es ¿podrá sumarse Chromatica a esta lista selecta de discos?... Pues demos un poco de contexto a su creación.

En 2016, Lady Gaga publicaba Joanne uno de sus discos más variados estilísticamente y con más referencias personales, pero paralelamente no era de los mejores según mi honesta opinión, ya que teniendo buenos temas, ninguno lograba ser del calibre de sus grandes hits (independientemente del género/estilo de las canciones que contenía). Dos años después, Gaga haría un paso clave en su carrera formando parte de la película A Star Is Born (2018) en la que a parte de tener un rol protagonista junta al director de la misma, Bradley Cooper; firmarían una banda sonora aclamada por la crítica, que en espacio de dos años, se llevaría cuatro premios Grammy. Por lo menos en popularidad, Gaga seguía estando en un momento dulce.

Lady Gaga en la Super Bowl de 2017

Tras las bambalinas…

Durante estos años de actividad en los que la artista estaba recogiendo los frutos tanto de su último disco de estudio como de su banda sonora, empezó ya su nuevo proyecto. Tan pronto como en 2017, Gaga ya estaba preparando música nueva para suceder a su disco de 2016. Su intención era presentar algún tema nuevo durante el Joanne World Tour, pero por temas técnicos y por no romper la temática del espectáculo que había diseñado para la gira, finalmente renunció a ello. A parte, el álbum Joanne buscaba ser un álbum terapéutico para la familia de Gaga y sobretodo para el padre, ya que hacía homenaje a una tía de la cantante (hermana del padre, llamada Joanne) que murió a los 19 años de lupus, unido a otras tristes circunstancias más. Pero no logró su objetivo a nivel familiar y eso la llevó a un estado depresivo.

BloodPop, Tchami (productores) y Lady Gaga en el estudio
Le podemos sumar el hecho de que su estado de ánimo se veía también marcado por los dolores que le generaba (y genera) la fibromialgia y que en algunas ocasiones le tenían inmovilizada en la cama. Pero su propósito era tomar el dolor que sentía en ese momento y el de experiencias pasadas que le habían generado el mismo sentimiento y superarlos, aunque fuera creando su burbuja con sus normas. Esta burbuja, espacio mental o planeta sería la base de su nuevo álbum y su creación tenía que ser la clave de su autosuperación. En esta tarea le ayudaría el músico y productor BloodPop (Michael Tucker), que ya había estado con ella en el proceso de elaboración de Joanne y que también había trabajado para otros artistas como Vampire Weekend, HAIM, Madonna o Run the Jewels.

Entre BloodPop y Gaga se pusieron a buscar a otros reputados productores que les pudieran ayudar a la hora de escribir y grabar música. En esa misión se sumaron profesionales como Benjamin Rice, Tchami, Axwell, Burns o Skrillex… bueno una actividad muy habitual desde hace ya algo más de una década en la que un artista se pone en manos de muchos productores creativos, como si de un rico con un gran pelotón de abogados se tratara. A parte, la elaboración del disco se alargaría hasta este mismo 2020 por los diferentes compromisos de Gaga, haciendo que se trabajase en él en diferentes estudios repartidos entre Los Ángeles y Nueva York. Gaga y el equipo de productores, planificaron a lo largo de este periplo que el disco tuviera un sonido divertido y bailable con referencias a sonidos clásicos del Electro Dance Music de los años 90.

Aterrizando en Chromatica

La llegada a este disco se da con una primera pieza instrumental orquestal que quiere dar paso a una especie de primer acto. Chromatica I añade un interesante elemento de fantasía y epicidad que me recuerda mucho a los primeros compases de un álbum clásico de los 80’s como The Lexicon of Love de ABC (1982). Esta composición hecha entre Gaga y Morgan Kibby quiere dar una sensación cinematográfica de gran overture a la nueva obra de arte de la diva. Al encadenarse esta breve intro con Alice y su aura dance de principios de los años 90, todo parece ir sobre raíles, ya que mi pie y cabeza dan el zarandeo inequívoco de estar disfrutando. Un inicio sin duda acertado.

Gaga nos habla de que aunque ella no comparte el nombre de Alicia, sí que está buscando su País de las Maravillas para sentirse aliviada de su dolor mental. Stupid Love, hace más referencia al electropop de la primera etapa de Gaga. En un principio BloodPop no acababa de estar del todo convencido del resultado de la canción en sus primeras fases de composición y le mandaron esta al productor y músico Max Martin (que había trabajado con Katy Perry, Britney Spears o los Backstreet Boys anteriormente) para que aportara sus ideas a la misma. Martin le haría unos breves arreglos y la mandaría de vuelta para que Gaga pudiera cantarla ya con la letra definitiva por encima, como decía la propia cantante en una entrevista con Zane Lowe para el New Music Daily.

La letra es realmente sencilla de mensaje, ya que nos habla del placer tontorrón o empalagoso de amar a alguien. El tercer tema sigue con la tónica bailable pero más de la segunda mitad de los 90 y principios de los 2000 con reminiscencias a algunos trucos que usaba Daft Punk. Rain on Me, usa este sonido y su dueto con Ariana Grande como una carta para la victoria, ya que realmente es una cancion de house pop con gancho y divertida. La base de bajo de la canción, es una idea con la que saltó Gaga cuando trabajaba en el tema con BloodPop y referencia a la canción All This Love That I’m Giving de Gwen McCrae (1979). El videoclip del director Robert Rodriguez, parece hacer referencia a la expresión “a las penas, puñaladas”.

Según la propia artista, este tema es sobre someterse a la devastación, darse una alerta sobre su abuso del alcohol y celebrar las lágrimas como si fuera lluvia; y lo quiso hacer con Grande para hacerlo con una artista que hubiera sufrido bajo el ojo público. Free Woman sigue con el ambiente house eufórico, aunque su mensaje nos habla de la cantante tras ser asaltada sexualmente a los 19 años, procurando superar su estrés post-traumático y reencontrándose con sí misma y su propia identidad femenina. Con Fun Tonight cerramos el primer acto del disco siguiendo la misma tónica que el tema anterior en lo que se refiere a estilo. En calidad de mensaje, Gaga nos habla de la incapacidad de divertirse aunque sus amigos y família hicieran lo posible para hacerle sentir bien. 

En esta canción nos habla de mostrarse ante la gente querida como una Stefani Germanotta (su nombre real) deprimida en contraposición a como se muestra como la enérgica Lady Gaga ante el público. Chromatica II nos sirve de entr’acte, destacando de nuevo la calidad de la pieza orquestal que brevemente nos introduce a 911. En esta pieza de estilo euro disco se nos presenta a la artista lidiando con su problema del uso de antipsicóticos. Ella misma se ve en un bucle en el que la medicación le evade del dolor, pero no le acaba de dejar ver su realidad. El tono robótico de la canción parece ser una referencia a cómo está funcionando en modo automático debido a la medicación y a este estado del que quiere ser rescatada.

Plastic Doll, nos habla de la despersonalización que recibe Gaga por cierta gente que la trata como una Barbie de plástico, ya que es vista como un objeto por su look y su arte, pero perdiéndose el ángulo de verle como la persona que hay detrás de la artista. Por lo que se puede leer en las letras, eso se expande al terreno amoroso en el estribillo: “No soy un juguete para un chico real, si es que eres un chico real”. Esta canción aunque sigue con el sonido que se ha ido mostrando todo el disco, tiende más a toques de pop chicle adolescente a lo Katy Perry o la primera época de Britney Spears. Sour Candy es un combo entre Gaga y el cuarteto de k-pop Blackpink que de nuevo fusiona el pop adolescente con varios estilos de house. En este caso nos habla de la relación de pareja que muchas veces tienen las y los cantantes en plan diva, la pareja de los cuales tiene que aguantar sus arranques de humor y muchas veces estar relegados a un segundo plano por el/la artista.

Enigma debe tener la mejor intervención vocal de Gaga en todo el disco y de base tiene una melodía y sonido que mezcla elementos de los años 80’s y 90’s, para dar como resultado una de las canciones más destacables del disco. La cantante reflexiona sobre el deseo de ser misteriosa para su amante, pero al mismo tiempo, poder ser todo aquello que él desee. Pasamos a Replay, que por su intro me hace pensar a una versión mucho más electrónica y futurista de Baba O’Riley de The Who (1971). Pero eso se acaba al poco de empezar el tema y nos ponemos manos a la obra con el ritmo marchoso que domina el disco. En este caso Lady Gaga viaja al pasado para poder resolver sus errores, muchos de ellos relacionados con sus inseguridades y la mala relación que tenía consigo misma.

Tercer acto: Chromatica III en sus breves segundos de aparición me recuerda a los adornos de cuerda que tienen bandas como Coldplay o tirando más al pasado, me recuerda a una versión más descafeinada en pomposidad de la intro de Papa Don’t Preach de Madonna (1986). Nos introducimos en Sine from Above en la que tenemos un dueto con Elton John y resulta ser una de las piezas más experimentales dentro del disco. La canción era originalmente un tema que habían trabajado el productor Axwell junto al músico británico años atrás, pero que había quedado descartado. Axwell, sabiendo de la buena amistad que une a Gaga y John y las colaboraciones que habían tenido a lo largo de los años, optó por ofrecerles la idea a los dos músicos.


La cantante que durante años había sido apoyada por John y que gracias a él y a su obra había sido inspirada, decidió hacer una letra que hablara del poder curativo de la música y refiriéndose a la misma como fuera una onda (sine) que viene desde arriba como un poder divino. He de admitir que aunque la premisa es bonita y refuerza la amistad entre los dos músicos, es de las composiciones que menos me atraen del disco, ya que en parte extirpa un elemento que naturalidad en las voces de los dos que hubiera preferido más genuino (cosa de los gustos personales). 1000 Doves es una referencia a la música trance que en mensaje busca ser un agradecimiento al apoyo de sus fans, pero también un recuerdo de que es una persona que pasa por sus malos momentos, pidiendo comprensión por parte de los mismos ya que eso le dará el empujón de motivación que necesita.

Babylon es el cierre oficial del disco con un estilo que me recuerda al ambiente dance y madchester de finales de los años 80’s y principios de los 90’s. El compás de la canción ha sido comparado con el del tema Vogue de Madonna (1990) y a parte, hace referencia al hecho de estar en el ojo público y ser parte del ambiente de chismorreo del que ella siempre ha querido huir. Aquí terminaría el disco pero me gustaría añadir una referencia al tema añadido en la edición deluxe, Love Me Right. A mi parecer, esta canción de tempo más tranquilo y con ambiente ochentero es el cierre más idóneo para este disco. Eso se debe al buen gusto que han tenido en ambientar una letra de un amor en el que Gaga puede ser ella misma y en el que su pareja sabe encontrar lo mejor que hay en ella como persona. En definitiva, es un cierre en alto tras todo el dolor que ha soltado durante las anteriores canciones.

...De vuelta a la realidad


Chromatica me parece un disco que reconecta con el talento de Lady Gaga y nos ofrece una sensación unificada de fiesta para exorcizar el dolor de este periodo que estaba viviendo. No todas sus canciones me maravillan, pero sabe hacer una cosa que considero clave en un buen disco, no perderme en ningún momento. A la pregunta que formulaba al principio mi respuesta es un claro . El nuevo disco de Gaga, aunque concebido y lanzado en un periodo difícil, sea para la artista o para la humanidad en conjunto, se suma a la idea de que la música puede funcionar como un universo aparte en el que recibimos buen pop para iniciar la década. 

Valoración: 🌟🌟🌟✰ (Bueno)

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