lunes, 18 de mayo de 2020

Crítica: Rising de Rainbow (1976)

En 1976 alguien tan talentoso como el cantante Ronnie James Dio podía darse con un canto en los dientes de haber sido descubierto por el genio y figura Ritchie Blackmore, el hombre de negro y ex guitarrista de Deep Purple. Con el éxito del debut de Rainbow, Ritchie Blackmore’s Rainbow (1975), la sociedad entre Dio y Blackmore parecía una destinada grandes cosas. Eso sí, los otros miembros heredados de la anterior banda de Dio, Elf, fueron despedidos por Blackmore buscando unos músicos más flamantes a nivel técnico. 


Cozy Powell (batería), Jimmy Bain (bajo) y Tony Carey (teclados) acababan de formar un dream team modélico que en aquel momento eran como jugadores jóvenes de fútbol que en unos pocos años estarían diseminados por algunos de los mejores equipos europeos. Pero por aquel entonces motivados por el proyecto entre manos, se pusieron bajo el a veces tiránico mandato de Blackmore. La banda tuvo tiempo a conocerse bien durante la gira del disco de 1975 antes de ponerse con el álbum que aquí tratamos.


A nivel de composición las ideas venían de la dupla Dio/Blackmore con algún input puntual de Cozy Powell. En tres semanas en el Musicland Studios de Munich se ventilaron la composición y grabación del disco con el gran productor Martin Birch, que ya había trabajado con ellos, con Deep Purple y que por añadirle más miga, luego sería productor de Black Sabbath o Iron Maiden. Sumadle a que según Blackmore y Dio, por aquel entonces en esos estudios rondaba gente como Elton John, Queen o Giorgio Moroder, la flor y nata del momento. ¡Vaya época para estar vivo!

En orden: Tony Carey, Ritchie Blackmore, Jimmy Bain, Cozy Powell y Dio


Ascenso a las estrellas


Rising desde el primer momento resulta ser un disco que busca elevar el sonido de la banda a nuevas cotas de espectacularidad. Solo hace falta situarse en el inicio del mismo y escuchar la intro de teclado de Tarot Woman y dejarse llevar por su embrujo. Tony Carey parece mezclar influencias clásicas con toques orientales y deslumbra con la épica de su estilo. Blackmore entra incisivo con su guitarra y una batería contundente de Cozy Powell que otorgan un aplomo muy superior a cualquier cosa del disco anterior de la banda. 


La parte solista de la canción es de muy alto nivel con Blackmore con su estilo hard rockero con toques exóticos y Carey con su cierre de teclado tan acertado. Pero si hablamos de Dio, primero debemos hacer honor a su voz comandante en toda la canción. Estamos ante una categoría tal de cantante que su voz alza una base muy buena a algo legendario, de los mejores de la historia. La letra nos habla de una tarotista que advierte a su cliente de que la mujer que quiere conocer puede ser un amor muy peligroso para él y que tras su bella sonrisa puede haber una persona que acabe con su vida.


Más acorde al estilo del primer disco tenemos Run with the Wolf con su ritmo acompasado. Su mensaje nos habla de el presagio de que algún cambio o algo malo puede ocurrir ya que hay elementos en el ambiente que lo delatan. En su letra se nos anima a actuar como el lobo que percibe el cambio de clima y marcha a un sitio más favorable. En esta canción los teclados pasan a un segundo plano haciendo acordes que quedan muy camuflados por la parte de Blackmore, un back to basics en toda regla. 


Del mismo estilo tenemos Starstruck, pero con una diferencia, tener uno de los mejores riffs de guitarra que han salido de la cabeza de Ritchie Blackmore. Si miramos a la foto general de la canción, parece un engranaje tan bien encajado a nivel melódico y rítmico que aún con su aparente simplicidad, parece ser heredera de muchos valores musicales que hacían grande Machine Head de Deep Purple.


La anécdota tras la letra de la canción es que hace referencia a una groupie francesa de Blackmore llamada Muriel. La chica lo había estado siguiendo durante toda la gira europea de la banda hasta que un día localizó donde estaba la casa del guitarrista y se coló a su jardín. El hombre de negro al ver que alguien rondaba sus arbustos y percatarse que era ella, soltó a sus perros y aunque estos no fueron violentos y sólo la tumbaron para lamerle la cara, a la que pudo huyó corriendo.


Para cerrar la primera mitad del disco está la cañera Do You Close Your Eyes?, que si bien es muy divertida de escuchar, su letra mundana pues digamos que la deja como la más mal parada del disco. Hablar sobre un hombre poderoso/famoso que fardando a una chica sobre sus influencias y sabiendo que se la va a ligar, sólo se pregunta si cierra los ojos cuando hace el amor. Son 3 minutos de canción animada, prefiero no cebarme demasiado con ella, voy a hacer ver a partir de ahora de que no tengo ni idea de qué va la letra cuando la escuche.


La creación por la que pasó a la historia este disco es Stargazer. Vayamos por puntos. La intro de batería de Powell es de las cosas más increíbles que he escuchado jamás para abrir una canción de este calibre y son solo 10 segundos, pero simplemente te reduce al suelo como si fuera un GEO contra un delincuente de riesgo. El riff de la canción és majestuoso y el teclado sirve para dar amplitud y sensación de coro y orquesta al tema al que luego ya si se suma la Orquesta Sinfónica de Munich. Una mezcla perfecta entre epicidad y contundencia con un Dio que parece cantar en ese infinito desierto donde sucede la historia de la canción.


Un mago convence a toda una población para que se esclavice a su voluntad, ya que ha tenido una visión divina de que podría volar y alcanzar la estrella de donde dice que procede. En medio del desierto el mago les ordena construir una torre de piedra que llegue a las estrellas para el lanzarse y salir volando hacia ellas. El pueblo encegado cree en él y construye la torre en ocho años, muriendo mucha de su gente en el proceso. Llegado el día, el mago asciende la torre y salta de ella, pero con el resultado de que en vez de volar, cae en picado de ella estampandose contra el suelo. El pueblo entra en una crisis existencial, pero de repente emerge un arcoiris tras la torre como una visión divina. El pueblo sabe que debe volver a encontrar su casa, su sitio.


Desde el punto de vista del esclavo que nos contaba la historia, sigue la trama en A Light in the Black. Este se plantea qué sentido ha tenido su vida bajo la esclavitud del mago y está decidido a volver a su casa, pero en su mente se sigue preguntando si existía alguna forma de alcanzar el propósito que tenía el mago y llegar a la estrella de donde venía el mago. El título de la canción puede hacer referencia a la luz de esperanza de volver a casa, pero también esa luz de anhelo escondido del esclavo de saber cómo cumplir el sueño loco del mago.


Esta canción entra mucho más directa y rápida y es una exhibición pura de las habilidades técnicas de la formación. Cozy Powell, de nuevo se pone en plan apisonadora con una batería impresionante. Blackmore y Carey hacen tal muestra de showmanship en las dos canciones que las alargan y refuerzan dándoles las bases sonoras de lo que sería el power metal. Y es que mi opinión de este disco es que si bien no es un disco pleno de heavy metal, sí que contribuyó con algunas obras maestras para el género y ciertas bases para subestilos del metal que ganarían popularidad en el futuro.


El punto negro entre toda la luz 


Por desgracia hay un elemento que no acabó de salir bien y tiene que ver con la parte de producción. En un porcentaje muy alto de las mezclas que se hicieron de este disco, el sonido del bajo de Jimmy Bain quedó prácticamente anulado, sólo quedando un poco de equilibrio con el sonido de bombo de la batería. En unas declaraciones que podéis encontrar en el canal deeppurpleos de YouTube, Ritchie Blackmore ya se quejaba de este hecho y de su sonido muy enfatizado en los agudos sin dar empaque suficiente de graves al sonido.


Esto sumado a la pequeña tacha de la letra de Do You Close Your Eyes? son los únicos defectos que le encuentro a este disco que dejándolos de lado nos dejan uno de los discos de hard rock y heavy metal más relevantes de la segunda mitad de los años 70. Tenemos que pensar que el alto valor que en él veo no sólo se limita a la calidad por si de su música, que és innegable sino también por la evolución que supone en el gran mural musical de Ritchie Blackmore y por el legado que como antes decía ha dejado y que afectó muy directamente al género entre finales de los 70 y finales de los 80.


Valoración: 🌟🌟🌟🌟✰ (Excelente)

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