Arte de Script for a Jester's Tear creado por Mark Wilkinson. |
Entre las bandas mas populares del rock progresivo clásico siempre resuenan los nombres de Pink Floyd, Genesis, Yes, King Crimson, Supertramp o Rush como modelo de este estilo de música. Nombres muy representativos de la década de los años 70, pero que son al final una reducción de una música que ni ya se limita sólo al rock y que por fortuna ya tiene una historia de mas de 50 años y en expansión.
Si por ejemplo ponemos la mirilla en la década de los 80, podríamos seguir viendo las bandas antes nombradas haciendo una metamorfosis a otros estilos dentro lo que ya podríamos llamar música progresiva o incluso marchando del género buscando una nueva fortuna y público. ¿Pero quedaron herederos de esa música en los 80? La respuesta es un claro SI, pero adaptándose al sonido de la nueva década.
Ejemplos muy honorables como Marillion, Saga o Pendragon demostraban que continuaban habiendo músicos con suficiente ambición y técnica para tomar el testigo, aunque seamos sinceros, para un público más reducido. De todas ellas, quedémonos con Marillion, banda británica formada a finales de los años 70 por Mick Pointer (batería) y Doug Irvine (bajista), pero que iría encontrando su sonido a medida que unía a la banda a Steve Rothery en la guitarra, Fish como cantante, Mark Kelly en los teclados y Pete Trewavas como bajista definitivo.
En orden: Mark Kelly, Mick Pointer, Fish, Steve Rothery, Pete Trewavas |
En esta entrega analizaremos los dos primeros trabajos discográficos oficiales de esta banda, para redescubrir su valor musical a casi cuatro décadas de su lanzamiento y su papel en fomentar la continuidad de la música progresiva junto a otros discos del mismo género. Hoy vemos el EP Market Square Heroes y Script for a Jester’s Tear.
Market Square Heroes (1982)
Para 1981, con la varias demos grabadas y algunas actuaciones que atrajeron la atención de un grupo de público fan del rock progresivo, Marillion logró firmar para EMI y materializar en forma de maxi single o extended play su primera obra discográfica. Las 3 canciones que contiene se pueden considerar algo más que un simple abrebocas de lo que la banda sería durante la década. Repasemos juntos el contenido y estilo de estas canciones para elaborar las valoraciones que os quiero presentar:
En primer término aparece la animada Market Square Heroes, canción que da nombre al disco y que sabe equilibrar su elemento pop/rock con toques de creatividad a nivel melódico que la separan de una mera canción comercial de la época. Le sumamos que la voz de Fish es de esas que tiene la suficiente personalidad para atraer al oyente y que pase de simplemente oírlo a escuchar y dejarse llevar por su redondez en sus entonaciones más cómodas y lo afilado de sus agudos y gemidos.
La letra nos presenta de manera ligera un lider activista que quiere atraer a la sociedad en paro a una revolución contra el poder, pero más llevado por la frustración que por unas directrices de cómo hacer su revuelta una causa con buenos resultados. Los miembros de la banda con los años contaron que Fish se inspiró en un activista de Aylesbury (población donde se formó Marillion) apodado Brick que tenía una actitud similar al personaje presentado en la canción.
Si analizamos el estilo de la canción, las tareas en teclado de Mark Kelly le dan un toque a lo art pop. Al mismo tiempo, Steve Rothery con su guitarra a veces es juguetón con notas sueltas y a veces remata con power chords o un solo cañero, haciendo que en el cocktel entren trazas de hard rock. De alguna forma el sabor de este mix es como encontrarse una evolución de las composiciones más asequibles de los discos de Peter Gabriel o los primeros de Phil Collins en Genesis. Eso sí, la influencia se muestra muy lejana a ser una mera copia de lo que esta banda hizo en los 70, aquí hay personalidad.
Three Boats Down from the Candy sigue el recorrido con una composición aún más heredera de los titanes del progresivo de la década anterior. Aquí hay una lucha entre el efectismo de los teclados y las guitarras solistas con los momentos de sutil guitarra sin distorsión y voz susurrante de Fish. El bajo de Trewavas puede ser tajante y agresivo pero sabe repasar también la sensación dulce y misteriosa de los impases. Una buena muestra de la cambiante marea que puede ser la clásica composición progresiva.
Durante este periodo Fish hacía uso de maquillaje en sus actuaciones |
La canción era presentada por Fish en los conciertos como una que habla de: “una cita de una pareja que queda en un barca con un simple número escrito, a tres puestos de otra embarcación llamada The Candy”. Por ahora, sólo hemos visto una cara de esta obra, entonces, es hora de girar el vinilo y percatarse que hay una canción de 19 minutos en la cara B llamada Grendel, que sin duda es toda una demostración de intenciones sobre lo que era capaz de hacer la banda, pero también un homenaje a su manera a las que eran sus influencias.
Muy ligada a la novela del mismo nombre de John Gardner, nos habla de la leyenda de Beowulf pero desde los ojos de la misma bestia. Bajo este argumento, Marillion construye un monumento de elogio musical a Supper’s Ready de Genesis, en el que a base de un notable sonido de historia trovadoresca y de su extensión rememora la sensación de viaje que nos trajo la obra maestra que había en Foxtrot. En su época hubo críticos que la tildaron de un burdo intento de asemejarse a sus “maestros”, pero los fans la interpretaron como una pieza fantástica y actualmente es vista como una composición de culto.
Si entendemos el detalle de que las canciones fueron producidas por David Hitchcock, antiguo productor de Genesis en el periodo Gabriel, nos percatamos de una metafórica pasada de antorcha en toda regla. No se puede negar que el sonido del conjunto es muy reminiscente a Nursery Cryme o Foxtrot pero más que jugar en su contra, sirve como una base que ya se sabe que funciona para un tipo de música con la que Hitchcock ya había hecho una buena tarea en el pasado.
En mi humilde opinión, tanto Grendel como el conjunto de este EP se presentan como el mejor ritual de iniciación que esta banda podía hacer para demostrar su inmenso talento. Sin duda no deja de beber de ciertos recursos que definían el sonido progresivo de los años 70 pero haciendo uso de recursos de los años 80 de forma natural.
Valoración: 🌟🌟🌟🌟 (Muy bueno)
Script for a Jester’s Tear (1983)
Para finales de 1982, Marillion ya tenía la posibilidad de grabar su primer disco de estudio, la idea era de trabajar de nuevo con David Hitchcock, pero este sufriría un accidente en el camino de vuelta a casa tras grabar Market Square Heroes en una muy desafortunada casualidad, viéndose obligado a guardar reposo. Ese contratiempo haría que EMI le propusiera a la banda de trabajar con Nick Tauber, que según la propia discográfica era un productor algo más moderno y que ya había hecho labores de producción para Thin Lizzy o Toyah entre otros.
A través de los créditos de las canciones de este disco podemos descubrir que la mayoría de ellas fueron compuestas incluso antes de la grabación del EP de Market Square Heroes (He Knows You Know, The Web, Garden Party y Forgotten Sons) por la presencia del bajista Diz Minnitt y el tecladista Brian Jelliman entre los autores. Es decir, que Script acaba siendo un resumen de años de trabajo de banda de una forma bastante similar a lo que ocurría con el primer álbum de Iron Maiden, abanderando las diferentes formaciones de Marillion con algún input creativo.
Pero curiosamente la canción que abre el disco, Script for a Jester’s Tear y que le da nombre era plenamente una creación de la formación que estaba en el estudio en ese momento. En ella percibo los elementos que hacían majestuosa a Grendel pero de una forma más compacta. Ambiente pseudo-trovadoresco con melodías que evocan a los cantares juglarescos del medievo y la era moderna; sección de teclados con un Mark Kelly muy acertado en sus melodías y un Steve Rothery que da más importancia a la variedad y solemnidad que a la técnica bruta. Fish tan teatral en sus formas, sabe ser delicado e intimista o potente e impactante enfatizando lo que su letra nos narra.
La temática de la canción es muy sensible, mostrándonos un bufón (con el que el propio Fish se identifica) que escribe un guión en el que lamenta un amor fallido y se desahoga de sus sentimientos de culpa y pena por sus errores en esa relación. Toda una consagración del exquisito gusto lírico de Fish. Pero si la primera canción ya resulta ser una entrada espectacular, la que le sigue no me deja de generar la misma admiración. He Knows You Know, sigue los mismos valores musicales que la anterior, tratando la música como orfebrería fina repleta de detalles y emoción.
La adicción a las drogas y otras sustancias químicas protagonizan la canción, al mismo tiempo que nos habla de el rechazo y marginación que sufren estos adictos por parte de la sociedad. En este caso los acordes desgranados en notas de Steve Rothery, dan este tono tétrico y sombrío que la canción precisa, mientras que Mark Kelly cumple una función más solista con una intervención más emocional e impactante. Es curioso el buen conjunto que forman Rothery/Kelly en lo músical siendo capaces de intercambiar roles de solista/rítmico con el teclado y la guitarra.
Curiosamente, en The Web volvemos a los cambios de ficha de guitarra y teclado, siendo el teclado de Kelly el primero en ponerse a construir a base de acordes y melodía la estructura del edificio musical. Sus numerosas fases e impases están muy bien hilvanados, dando a entender esa evolución de el tema musical principal hasta encumbrar el Tourmalet en un solo de guitarra prodigioso por parte de Steve Rothery. Luego el descenso de la colina es como dejarse ir abajo por una ligera cuesta con la bicicleta y simplemente disfrutar de la brisa y el paisaje, sublime.
A nivel de letra, en esta canción se hace un símil con el personaje de Penélope en la Odisea, quien decía a sus pretendientes que elegiría a uno de ellos para casarse cuando acabara de tejer la pieza que estaba haciendo, pero por la noche destejía lo hecho para poder procrastinar en el proceso a la espera de la llegada de Ulises desde Troya (quien muchos daban por muerto). Ligado a esa premisa, el bufón (Fish) se encierra en una red emocional en la que procrastina la superación de su dolor tras la ruptura amorosa y ese sentimiento lo tiene estancado entre los muros de su casa. Al final, la canción nos muestra un proceso de revelación de la realidad y de liberación de esa red que lo tenía paralizado.
Más afilada y crítica resulta ser la colorista y alegre Garden Party, la cual es una ironía sobre las clases altas y la batalla entre las clases sociales. En ella me gustaría poner énfasis en el ambiente cortesano que se respira y en el trabajo de Pete Trewavas en el bajo, que siempre destaca por ser como un aguijón que se clava entre las notas de Rothery/Kelly y las hace más acentuadas, como si las sometiera a un baile ritual alrededor de una hoguera. Sin duda, estamos ante la canción más “animada” del disco y puede servir como un oasis de respiro antes de continuar con el material emocional que le sigue.
Y es que tal vez la canción más triste con su mensaje en el disco es Chelsea Monday. En ella se nos habla de una chica pueblerina con una vida mediocre que aspira hacer una vida de éxito y fama y tener un príncipe azul que la venga a buscar en su blanco corcel (según la canción un Ford Capri). La bella protagonista logra meterse en las entrañas de la vida londinense entre muchedumbres, espectáculos, neones y promesas de fortuna. El giro argumental llega cuando en el final del tema nos dicen que las autoridades han encontrado ahogada y flotando en el río Támesis a nuestra protagonista con una sonrisa en la cara y un mensaje de transición de Fish a la siguiente canción: “Ella sólo estaba soñando”
En el plano instrumental nos encontramos la particularidad de que en su sutil intro quien conduce la canción es Pete Trewavas con su bajo. Un compás lento y oscuro con algún punto dulce de teclado y rematalo con otra parte solista ejemplar de Rothery, tan heredera del estilo de David Gilmour (Pink Floyd). El resultado, otra pieza excepcional para el hasta el momento breve catálogo de la banda. Pero por favor, no se marchen ustedes mi estimado público porque llega el remate del tomate, la composición más completa del disco en la que la banda expone sus capacidades rítmicas y melódicas.
Forgotten Sons, es para mi humilde parecer una de las mejores composiciones de música progresiva de los años 80, una puñetera navaja multiusos con la mala leche de un Fish que sabe donde rajar con su mensaje. Creo haberle contado un 7 secciones diferentes que abarcan dentro de su elemento progresivo: art pop, funk, hard rock, sinfónico… Completísima sin duda. La lírica de la canción nos habla de una generación perdida de jóvenes en los conflictos en Irlanda del Norte por el IRA. La pérdida de inocencia de esa generación de jóvenes no sería la única ocasión en la que Fish trataría esos traumas y siempre ha mostrado en sus reflexiones una enorme empatía y descontento por lo que mucha gente de su generación estaba sufriendo.
Tras la publicación de Script…
En un periodo en el que la música progresiva ya no era dominante en el mercado, Marillion logró dar la sorpresa en Reino Unido alcanzando la posición 7 en los rankings de ventas. Habían sabido encajar con el público, sobretodo aquel que llevaba años un tanto a la sombra tras el cambio de tuerca que pasaron muchas bandas clásicas de progresivo de los 70. En un reportaje sobre este disco para loudersonund.com en 2013, Mick Pointer expuso que él creía cuando fundó la banda en que tenía que haber un nicho de público para ellos; y considero que no le faltaba razón.
Ese éxito, igualmente les hizo aflorar ciertas carencias que necesitaban resolver, sobretodo la de su batería. Durante las sesiones de grabación de Market Square Heroes el resto de miembros de la banda ya denotaban que la técnica de Pointer no era del todo suficiente para lo que ellos querían. Más patente se hizo cuando en las sesiones en los Marquee Studios con Tauber, este le dijo a Pointer que sería bueno que tomara lecciones de batería para mejorar su enfoque con el instrumento. La tensión iría in crescendo hasta que la banda despediría a Pointer al final de la gira inglesa, con eso empezaba un periodo de transición.
Recomendaciones audiofilas:
Tengo muy presente que hay gente que busca las ediciones de discos con la mejor calidad de sonido, por eso os daré mis recomendaciones según mi humilde criterio.
Mezcla original:
A nivel de vinilo considero que los prensados mas buenos siempre tienden a ser sus primeras ediciones en su país de origen, en este caso la UK. Pero las impresiones que mayoritariamente encontrareis de segunda mano en las tiendas, si estan en buen estado, os ofreceran una buena experiencia. Las reimpresiones de mediados de los 2010's también son una alternativa muy buena en el caso de Script. En el caso de Market Square solo hay disponible la impresión original que es un poco mas difícil de encontrar.
Si lo que buscais es en CD, también os recomiendo que os hagais con una edición de las primeras si quereis evitar la compresión del sonido. El remaster de 1997 en edición doble CD, contiene además las canciones de Market Square Heroes EP, eso si, considero que el sonido sin ser malo me parece un tanto estridente por querer sonar mas fuerte y comprimido. Igualmente es importante saber que es la única forma de hacerse con el EP con sus canciones en versión completa tal como eran en el maxi single.
Remezcla:
Edición Deluxe en vinilo |
En 2020 se ha presentado una edición deluxe con remezclas tanto de Script como Market en un formato libro realmente llamativo, al igual que se han hecho con otros de los discos de la etapa EMI de Marillion (1982-1995). Mi opinión es que si bien las remezclas valen la pena, la versión ideal para escucharlas serían la edición vinilo. En la edición deluxe en CD/Blu-ray el sonido es incluso mas estridente que la versión remaster de 1997. Mis únicos argumentos a favor de la edición libro serían: el documental que incluyen sobre la época, entrevistando a los integrantes de la banda de por entonces y el libro con ilustraciones, letras de las canciones y algún texto con reflexiones por parte de algún miembro de la banda (sospecho que Fish).
Conclusiones
Script for a Jester’s Tear es uno de los discos claves de los años 80 para reafirmar que siempre podía haber un sector de público interesado en el rock progresivo, incluso que podía hacer suficiente ruido como para volver a situar el género en un top 10 en su tierra natal. A nivel de calidad también resulta ser toda una fita, ya que unos novatos en su primer disco estaban mostrando una solidez instrumental y lírica poco habitual en los primeros compases de una banda. Marillion pasaba de ser una promesa para los fans que a principios de los 80 los iban a ver a la sala Marquee, a una banda que un sector de Reino Unido e incluso del continente europeo esperaba ver su siguiente paso.
Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 (Superlativo)
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