viernes, 15 de mayo de 2015

Crítica clásica: Music of My Mind de Stevie Wonder (1972)

La música que te hace sentirte y ser guay siempre será la que incite a bailar, a divertirte y que ponga los instrumentos al servicio del ritmo y la elegancia marchosos. Y aunque soy un fanático de lo progresivo y lo metal, para la pista del baile no ha existido jamás nada tan bueno como el buen funky mezclado con el R&B y soul. Hay muchísimos músicos que dignificaron el estilo, pero hay uno entre todos ellos que es como tocar en el hueso, la base de todo, el músico más transversal del estilo y tal vez el que más legado de futuro marcaría. Y es que su apodo "maravilla" le quedaría que ni pintado a un entonces chaval ciego que le daría alma al estilo e incluso a una época.

Stevie Wonder (Stevland Hardaway Morris) en los años 70 estaba viviendo el apogeo de un larguísimo trabajo de ascenso discográfico. Los años 60 habían estado inundados de discos del joven Wonder buscando su sitio en el mundo, con algún disco bastante lúcido por el camino como Up-Tight (1966). Pero según mi criterio todo fueron nobles intentos hasta que llegó el gran pistoletazo a nivel creativo de su carrera Where I'm Coming From (1971), un disco más valiente que desgraciadamente en su momento no fue tan bien valorado por la crítica. Estos lo colocaban como una respuesta pobre a la publicación de What's Going On (1971) de Marvin Gaye. Como siempre, los críticos para parecer muy resabidos la cagaron en vez de divertirse con lo que considero que es el inicio de la etapa dorada del músico. Afortunadamente, Stevie Wonder seguía confiado en su estilo y empezó a preparar su siguiente bala de la recamara.

El género funk parecía en pleno ascenso pero igual que el mercado, Stevie Wonder lo asimilaba con calma entre su repertorio. Le gustaba mezclar también mucho soul y R&B, el mercado discogràfico funcionaba así y el se sentía a gusto y en su registro con este estilo. A parte su voz enérgica y dulce se mezclaba con su música más vitalista y enérgica, que no siempre necesariamente positiva. Y es que por esos tiempos lo que dominaba era la música de Don McLean, Gilbert O'Sullivan, Neil Young o Al Green. Y si nos centramos en el funk pues Ohio Players, Average White Band o George Clinton con los Parliament Funkadelic mandaban en la escena. Con ese panorama, podríamos decir que Wonder se presentaba como un punto intermedio en las tendencias musical de su tiempo, dejando de lado el rock y sus facetas más duras.

A parte, los inicios de los años 70 fueron momentos de experimentación instrumental, ya que nacían nuevos instrumentos hijos de la electrónica emergente. Stevie optó por incorporar sintetizadores que tenían mucha presencia en la música progresiva, jazz y poco después en el funk. Para que lo entendáis, igual que en el jazz, la parte de teclados tomaría un gran poder conductor de la música, sobretodo en la parte rítmica. Y es importante entender del funk su faceta más rítmica que heredaría del R&B y en estos discos de Wonder se puede apreciar como la parte rítmica tomaba las riendas gracias a la habilidad de este con las teclas. Un último apunte, el funk era y en parte és muy tirado a hacer canciones largas y que explotan el estribillo principal mezclado con partes más adornadas instrumentales y en este disco también lo veremos.

Stevie Wonder - Love Having You Around (1972)


Empezamos ya el disco con una canción que demuestra mucho de lo indicado anteriormente. Love Having You Around es de esas canciones largas y muy rítmicas construida por un teclado juguetón y una bateria constante. Aquí el bajo aún cumple un papel muy de enfatizar las notas graves del teclado, aún tendrían que pasar unos años hasta que el bajo ganara a nivel de potencia y virtuosismo en el género. Por decirlo de alguna forma este era un periodo similar a lo que era el piano stride para el jazz. Nunca dejarían de estar presentes las teclas en el funk, pero en este caso aún estavan jugando el papel que con los años tomaría el instrumento de 4/5 cuerdas. A nivel de melodía la voz de Wonder es la que más aporta en este sentido y transmite ese buen rollo tan característico de su música. Este es un buen ejemplo de canción larga que a mitad de camino va calentando motores con el estribillo y jugando con una guitarra con talk box y el trombón. Muy buena entrada al disco

Es importante tener en cuenta que a nivel instrumental mucha parte del disco ha estado compuesta y tocada por el propio Wonder. En Superwoman (Where Were You When Needed You) por ejemplo toca absolutamente todo exceptuando la guitarra eléctrica, increible ¿verdad? Ciertamente con esta canción demuestra a parte de una gran delicadeza componiendo, su toque fino con los instrumentos. Son 8 minutos de canción de calidez y retazos de guitarra que adornan como lucecitas un mar de relajante medio tiempo. La parte vocal es sublime y merece la pena ver como nunca se queda sin nada que decir. Estamos hablando de un Soul con R&B muy desarrollado con el que enfrascar la mente con sensaciones de belleza y nostalgia.

Stevie Wonder - Superwoman (Where Were You When Needed You) (1972)


En I Love Every Little Thing About You puedo detectar un estilo de hacer soul que marcaría escuela y sobretodo en músicos como Michael Jackson. Con efectos vocales y esas terminaciones respiradas de frase esta claro que no es una afirmación barata tirada al azar. Es como un abrazo muy cálido que me hace sentir bien arropado. Sin grandes euforias la canción llena y como no, cada frase que suelta Stevie suena más potente que la anterior, una exhibición de poder y buen gusto. La parte de batería nerviosa compuesta por Wonder sabe demostrar la riqueza de la que hacían gala los discos de este hombre durante los años 70. Aquí ya tenemos una canción que se ventila más rápido y es que aunque está bien arreglada no le mete carga innecesaria. Lo que siempre me quedo un poco what the fuck es con el: Sugar, Cookie, Puding, Candy (voz de chica un poco provocadora)... A little piece of cake (Wonder). Debe ser alguna referencia especial para hablar de lo dulce que es la chica de la que habla.

La distintiva armónica de Wonder nos abre Sweet Little Girl, con un ritmo animado, como un funky más tranquilete. Y oye en el minuto 1:30 vuelve a hacer referencia a las candies, cookies y demàs... mmm, ¿no será que está haciendo una referencia cariñosa a cosas más calenturientas? Es muy divertido escuchar como pone la voz de amante que le habla a una chica que le gusta en el interludio tranquilo. Cuando quería Wonder se ponía atrevido en sus letras y porqué no decirle, tiene un punto molón eso. Tengo que destacar como la armónica va adornando cada frase que va soltando Wonder en el papel de amante. Un instrumento que en principio puede parecer simple, va soltando recursos expresivos muy interesantes y divertidos. Por cierto, en ella participa en los coros Syreeta Wright, que en aquel momento era su esposa.

Stevie Wonder - I Love Every Little Thing About You (1972)


La siguiente canción muestra un principio con aire feliciano y sencillo, que se acaba convirtiendo en un sonido parecido al folk pero más apagado. Happier Than the Morning Sun es una canción dominada por el clave Hohner (teclado). La percusión se deja de lado más allá de lo que la música marque y el bajo entone. Que por cierto, me gusta mucho la forma sutil pero jazzística que le da Wonder a la parte de bajo en este tema ya que uno se percata que hasta en las canciones más simples, hay detallitos integrados que merecen bastante la pena. Pero en mi caso es cuando empieza Girl Blue, cuando me topo con una vieja conocida. Creo que esta canción la conozco desde que era muy pequeño y aunque no es de las que más pongan por la radio (casi nunca). No es de las que más destaque para mi pero innegablemente tiene un riff que suene como suene siempre me trae recuerdos de mi infancia.

Seems So Long sigue la tónica tranquila vista hasta ahora y evidentemente me doy cuenta de una característica del disco. El soul baña tanto el resultado final del disco que debo advertir que a los que son más fans del funk rápido, bailable y muy melódico, tal vez aquí se duerman un poco. No puedo negar que sea una canción bien trabajada pero siento decir que no me llena tanto, que siento que le falta alguna cosa en su interior. De momento, la que menos me gusta del conjunto. Pero pasamos de un extremo a otro con Keep On Running, que es puro nervio y tensión. És un gran tema que sin ser lo más potente del disco, se saca de la chistera un muy buen feeling. Los coros de chicas de fondo y la combinación de teclado furioso con bajo me hace pensar en esas películas policiacas con un agente negro sexy que se dedica a detener a los malotes y a ligar un cojón y medio. Para volverse enfermo en la pista de baile.

Stevie Wonder - Keep On Running (1972)


El cierre del disco se torna más emocional y más integramente soul que todo lo visto hasta ahora. Evil con su sonido apagado pero grande es un ejemplo de como sentir algo intensamente en la oreja. La gran virtud de esta canción es que es pasional melódicamente y rítmicamente muy marcada y eso me mola porque la convierte en una experiencia más redonda. Lo que resulta una putada es que sea tan corta y no le de tiempo a ser más épica si cabe. Eso si, es un cierre que parece que promete mucho de cara al siguiente disco. Por lo tanto, el disco acaba equilibrando la balanza entre lo rítmico y lo pasional en la última canción. Entonces creo que ya es hora de que hablemos de las conclusiones que se pueden extraer de Music of My Mind (1972).

Ante todo estamos ante un disco notable que sabe mantener la energía de su trabajo anterior y con el que creo que empezó su época clásica. Esta época clásica y como muestra este disco, no son la muestra de la perfección, sino el ascenso en unos discos destacables y hasta en sus mejores momentos excelentes, pero no me alargaré en este sentido. En lo que si debo pararme es en hablar de que este disco es una mezcla entre soul y funk muy suave, en la que solo en ciertos momentos se llegan a los extremos. El que esperara un disco muy dinámico, debo advertir que tendrá tramos entretenidos, pero a la par habrá canciones que le podrán cansar. Pero innegablemente, estamos ante canciones muy respetables y algún clásico intercalado. Para sintetizar en que punto estamos de la carrera de Wonder, este disco es como cuando subes a una montaña y estás un poco antes de medio camino, están muy bien las vistas, pero sabemos que más adelante serán cojonudas.

Nota: 8,2 

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