jueves, 6 de octubre de 2016

Crítica: Pearl de Janis Joplin and The Full Tilt Boogie Band (1971)

Últimas páginas de una historia agridulce

Hacia 1970 Janis Joplin era una mujer con una realidad bastante dividida. Por un lado había encontrado felicidad y estabilidad en la nueva banda que había montado, la Full Tilt Boogie Band. Por otro lado, en lo emocional su vida eran constantes idas y vueltas que afectaban a su estado de ánimo. Si había logrado dejar la heroína en un cierto momento de su vida, digamos que en secreto de muchas de sus personas cercanas, ella volvió a ellas como una forma de recreo y a veces de consuelo. Hoy veremos a través de esta crítica el valor de una obra que desafortunadamente quedó truncada por el doble juego que se llevaba esta talentosísima cantante de Texas.


Pero no seamos tan dramáticos de entrada y dejemos espacio a que por ahora nuestra mente se sitúe a lo que nos interesa por aquí. Con el proyecto de Pearl, Joplin se encontraba elaborando el que era su segundo disco en solitario de estudio después de haber estado en el grupo Big Brother & the Holding Company para un par de discos. Su primer trabajo en solitario, I Got Them Ol' Kozmic Blues Again Mama! (1969) en el que ella buscaba aún un equilibrio entre la psicodelia y el blues dominante en sus años, era un buen disco que con una Janis más confiada en su banda, tal vez habría brillado más. Pero cuando reunió a la Full Tilt, fue cuando encontró su sitió y una química muy especial con los músicos. John Till en la guitarra, Richard Bell en el piano, Ken Pearson en el organo, Brad Campbell en el bajo y Clark Pierson en la batería; eran su dream team con el que todo surgía de una forma mucha más espontanea. A parte si te haces con un productor como Paul A. Rothchild que ha trabajado con bandas como The Doors, se aseguraban una calidad de registro y montaje de esas sesiones de alta calidad.




Aquí hay química, por eso todo fluye...

Y cuando una cantante tiene una voz tan desgarradora como lo puede tener Janis Joplin, me sorprende lo poco que distorsiona su voz en Move Over, donde la deja pura y cómoda. Y es curioso como sabe fusionar una actitud soul con su carácter rockero. El piano de Bell en esta canción resalta los acordes de John Till, dándole un aire marchoso pero clasicón. Pero para clásico tenemos Cry Baby, donde se libera esa bestia que tiene entre las cuerdas vocales y deja ir toda la emoción que puede. Pero claro, los músicos que la acompañan convierten tal hazaña en una melodía muy elegante y bonita en los matices, que aunque suenen de fondo, merecen todo mi modesto respeto. Las escalas de piano de los últimos segundos de la canción, le añaden un punto de rag y jazz a una melodía donde lo que resalta es el puro soul. Un cover del tema de Garnet Mimms, llevado a su clímax.

Registros más melancólicos nos deja A Woman Left Lonely, que destaca por su increíble solemnidad y por el hecho de tener más un ecosistema musical que una melodía per se. El piano y el organo se dejan ir como un rio tras la inspirada Joplin y esa batería que le da pulso y carácter, como un golpe de aire que le añade dramatismo a una escena de despedida amorosa. Half Moon tira a unas formas más funk más alegres y brillantes, con una banda muy dotada y llena de trucos que van enriqueciendo a Joplin, que vive realmente la música. No se nota forzada a tomar una actitud distinta para cada canción, sino que realmente se nota que deja fluir sus emociones con la música para que esta le inspire y le haga seguir. Y si queremos seguir en el mismo ambiente, sólo hace falta dejar seguir el disco para que suene Buried Alive in the Blues, que les sirve a los talentosos músicos de la Full Tilt para hacer destacar su maestría.

My Baby es un tema con una síncopa especial, en la que parece que Clark Pierson en la batería se va tropezando elegantemente todo el rato con el tambor (o caja, para los delicados). Y de nuevo Richard Bell demuestra ser el puto amo diciendo que este disco no es sólo de la cantante. El solo rancherito de Till me encanta y cuando se fusiona con el órgano de Pearson crean un efecto tan genial como breve. En la cover de Kris Kristofferson, Me and Bobby McGee le da un aire especial donde se mezcla la calma y el jugueteo de los instrumentos como si Joplin fuera la madre y los músicos fueran sus niños que juegan con sus juguetes y se sienten a gusto abrazando a su madre y adornándola con guirnaldas. La parte final parece un cierre en el que la madre se lleva a los niños al parque y juntos viven una especie de tranquila joie de vivre

En Mercedes Benz, llega ese momento en el que me encuentro con aquellas clases de jazz donde nos enseñaban grabaciones antiguas de las plantation songs. Hace referencia a esa gente que sólo da importancia al consumismo. Incluso podría llegar a ser una referencia o coña a una persona por una persona viendo un concurso de la tele y rezando para que la llamen a ella para que le den el premio. Volvemos al voltaje instrumental con Trust Me, donde vuelve el brillo de unos músicos que le dan mucho empuje Joplin, en este caso destacando la parte del bajo, que aunque muchas veces no le hacemos caso, Brad Campbell suelta unas frases de bajo que dan la mano gentilmente hasta el siguiente estribillo. Finalmente, con una sorprendente entrada de piano empieza Get it While You Can, canción de un dulce y meloso soul que va dibujando praderas y colinas musicales para que Janis las ilumine con su voz. 

Una perla sacada del cajón


El 4 de octubre de 1970 sería el último día de Janis, siendo el tema Mercedes Benz la última cosa que ella dejó enregistrada. Después de su pérdida, este disco que aún le faltaba ciertas cosas para acabar de tener cara y ojos, fue como una perla perdida sacada de un cajón para que se pudiera valorar por el propio público el brillo que esta emitía. Y aunque entiendo que también tenía su intención económica detrás, era justo que el disco saliera justo después de ser confeccionado como una muestra más de lo que era capaz Janis, los músicos (de muy loable calidad) y de la música del momento. Pearl es eso, la muestra de una artista que supo brillar con todo su esplendor al mismo tiempo que ella misma se conducía ciegamente a su destino. 

Valoración: 🌟🌟🌟🌟✰ (Excelente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario