viernes, 8 de abril de 2016

Crítica clásica: Ronin de John Frankenheimer (1998)

Como este blog se encuentra en un momento de ramificación hacia otras artes, hoy toca otra novedad para los seguidores del mismo. Ya que el cine actualmente junto a los videojuegos son las dos artes de mayor consumo en la actualidad y; como desde pequeños todos hemos sido acercados de alguna forma a él, me gustaría como crítico dar valor a ciertas creaciones que nos han acompañado a todos. Por esa razón, el estreno de este apartado lo hago con una película en principio tan común, que muchos no se han percatado del trabajo que hay detrás y de que nos podría dar varías lecciones sobre como elaborar cine eficiente y de una calidad más que aceptable.

Otro punto que debemos entender es que una película es un trabajo conjunto entre artesanos y artistas en los que todos son necesarios (cámaras, guionistas, actores, maquilladores, creadores de efectos, los dobles, decoradores, iluminadores...) y que deben ir guiados por la figura del director, que se supone que tiene todo el concepto montado en su mente y debe hacer todo lo posible para trasladarlo a la realidad. En definitiva, hacemos el concepto inverso a lo que buscaba Platón, pasar del mundo de las ideas al mundo visible. Al mismo tiempo, el director no sólo se debe encargar de explicar una historia, sino de dotar a su obra de arte de personalidad, filosofía e imagen. En este caso, John Frankenheimer es de la escuela clásica del cine de acción en la cual se sigue una estética más casera sin que eso signifique cutre. La acción se produce a través de una intensa actuación de los actores, de rodar en sitios afines al espectador, de sorprender sin ser excesivamente artificial.


Entrar en esta película significa que veremos una premisa en principio sencilla, enriquecida con ciertos imprevistos que le dan algo más de riqueza. Nos encontramos ante un equipo de sicarios/mercenarios que trabajan al margen de la ley para sacarse una buena tajada de dinero. En Japón, entre los siglos XII y XIX, los samurais que habían perdido a su amo se les llamaba los ronin y su vida a partir de la perdida de su amo podía dirigirse a hacer acciones que le devolvieran su honor mientras vagaba por el mundo o por otro lado, vivir del trabajo de mercenarios. Sam (Robert De Niro), Vincent (Jean Reno), Gregor (Stellan Skarsgard), Larry (Skipp Sudduth) y Spence (Sean Bean) son eso, ex agentes de la ley, el ejercito o los servicios secretos de sus países que abandonaron o se sintieron abandonados por el amo (Estado) y han decidido ser unos ronin.

En esta ocasión su trabajo les ha alejado de casa a la mayoría, para hacerles viajar hasta Francia y que se encargaran de la búsqueda de un maletín del que no se les facilita ninguna información sobre su contenido. Eso si, se les deja bien claro que hay varias organizaciones dispuestas a pagar jugosas cantidades de dinero por ella. Por lo cual estamos ante una trama que si bien no nos hace explotar la cabeza de la novedad si que nos está tirando un anzuelo para que nos quedemos a ver que ocurre con este equipo de gente. Por otro lado está el maletín, que según el diccionario de Hitchcock es un Macguffin. No, no es el nuevo pepito de pollo que te puedes pedir en un McRata, es el nombre que le da a ese elemento misterioso en el que la trama se centra y que hace que la rueda gire, pero que en verdad es un objeto pasivo y que por si solo no tiene nada relevante. Es por decirlo de alguna forma, una excusa que convierte al maletín en actor.


Frankenheimer es de los directores que haciendo una trama comprensible y en principio simple, le otorga matices que le quitan esa sensación pobre y le dan un matiz más realista. Por ejemplo en El Hombre de Alcatraz (1962), un recluso sin amigos que cuida de un pájaro pone tanto interés, que logra que en sus años de reclusión se convierta en un especialista en el cuidado de aves incluso haciendo tratados. Tal vez esta película de la primera etapa de Frankenheimer resulta un tanto fantasiosa en su desarrollo, cierto, pero de alguna forma deja entrever como un humano puede llegar a redimirse y encontrar su función en el mundo incluso en un sitio como la cárcel. Bien, pues en Ronin, el director hace lo inverso a la película anteriormente nombrada. Si el Hombre de Alcatraz ofrece una premisa muy posible y un final que sólo podría ocurrir de forma muy excepcional; Ronin es esa película que toma una base con hombre muy alejados de la normalidad, pero que a lo largo de la película nos muestran facetas muy reales del ser humano. Y hablando de humano...

El misterioso caso de Sean Bean

Veamos, Sean Bean (Spence) resulta ser en esta película (alerta de spoilers) lo que a lo largo de su carrera ha sido en diferentes films, el heroe imprudente e inconsciente. Su figura es el detonante de la acción en el primer tramo de la película y su intervención, es carne de cañón para iniciar un conflicto, ya que siendo aparentemente el menos experimentado del grupo, actúa con nerviosismo ante todo y sin precaución. Pero no os equivoquéis, para nada critico el papel de Bean, ya que sabe transmitir al espectador ese nerviosismo de: "a ver con que nos vas a saltar machote". Este actor desde Ronin hasta Juego de Tronos, ha sido el modelo del personaje sincero pero con un pelín de arrogancia, que aunque es de los primeros en ser baja o despido en una batalla, sirve de espejo de como viviríamos muchos en nuestras carnes, tener que hacer un trabajo como el que se propone en el film.


Los personajes y sus valores

Ronin considero que nos presenta a dos tipos de personajes: Primero, los que son ronin de honor, que dividen bien sus vidas entre lo que es trabajo y lo que es su día a día íntimo y que sus valores, en principio son positivos. Por ejemplo, Sam (Robert De Niro), Vincent (Jean Reno) o Spence (Sean Bean), son personajes que por sus taras o sus virtudes nos demuestran que hacen esto porqué saben hacerlo, pero que aún necesitando el dinero, se intuye por sus valores de compañerismo, inocencia o valentía, que son personas que alejan el resto de su vida de todo eso. Como bién hemos dicho, Bean, seguramente es el más patoso entre este elenco de personajes y (spoiler) es alejado de la trama por su falta de experiencia, es un experimento de prueba para demostrar que las personas de a pié lo tendríamos jodido. Luego, están Sam y Vincent, que encajarían más en un equipo de supervivencia del Vietnam. En ellos vemos dos seres humanos con mayor consciencia y preparación ante la crueldad mundo, pero sin perder los valores.

En un punto intermedio está Deirdre (Natascha McElhone) que juega entre el bien y el mal durante todo el film, siendo su personaje mutable, aunque abierto a extraer algo de los dos bandos. Su punto fuerte y a la vez débil es que sería una muestra de una mente experimentada pero joven, ella sabe para quien trabaja, pero de vez en cuando le gusta tantear el otro lado (para evitar spoilers). Finalmente, nos encontramos el lado más oscuro con Gregor (Stellan Skarsgard) en el que se muestra un personaje que usa los recursos que sean necesarios para lograr su objetivo. Lo pongo en negrita y subrayado para dar a entender algo a los que ya hayáis visto el film. Es un personaje que aunque tiene mucha experiencia y preparación militar, es un ser con cráteres de imperfecciones. Si seguimos en esta línea, tenemos a Seamus O'Rourke (Jonathan Price) que también refleja esta frialdad de querer asumir un objetivo como sea, pero sin los niveles de locura de Gregor. Pero no me puedo dejar de hacer comentario sobre dos personajes.


Destacar la figura de Jean-Pierre (Michael Lonsdale) como ese personaje que pertenece más al otro lado, al de la gente de vida normal y pacífica, pero que presta colaboración a su amigo Vincent cuando es necesario. Su figura está realmente bien llevada y sabe dar a entender lo excepcional del mundo que muestra este film. Eso si, no negaré que su personaje es un poco prototípico de los films "a lo Hollywood", pero nos transmite esa cercanía de alguien que muestra más sus aficiones y su entorno vital (su casa). En lo negativo, diría que está la figura de Larry (Skipp Sudduth) que personalmente no me llama la atención, ya que considero que la trama  podría haber existido sin él, sirviendo más como vehículo de algunas secuencias y acciones que ocurren en el film. Si es más, me parece más imprescindible la figura del mensajero de Sam que el propio Larry...

La dinámica del film

Frankenheimer es un director que cuando hace las cosas bien y con seriedad, sabe darle un ritmo que empieza lento y misterioso y luego se mantiene estable, con algunos picos. He visto por internet mucha gente que hace críticas sobre esta película diciendo que la primera media hora vale mucho la pena y que luego es un bodrio, pero sinceramente no podría estar menos de acuerdo con esa afirmación. Según mi parecer, los primeros 10 minutos son seguramente los más pesados ya que sin conocer nada de la trama se nos impone un ritmo lento y en el que ¡bueno si, Robert De Niro deja una pistola al lado de una caja de botellas! Pero coño, si fuera Robert De Niro dejando una Super Soaker al lado de una caja de bebidas ya os digo yo que hasta resultaria más intrigante, divertido y fascinante. Pero dejando de lado mis locuras, es a partir de que se nos presenta el equipo y ocurre el primer tiroteo, que la frecuencia vital del film se estabiliza y uno siente que hay sustancia.


Hay los momentos de preparación de los planes, donde nos podemos sentir más o menos absorbidos por su preparación. La escena de Deirdre y Sam haciéndose pasar por matrimonio para elaborar el plan y poner a prueba todos los elementos del mismo, resulta una escena brillante y que da muchísima personalidad al papel que realiza De Niro. Otra cosa, es la pequeña trama pseudo-amorosa del film que me parece más forzada. Igualmente, ciertos elementos salvan este tropiezo con gran profesionalidad. El primero, unas escenas de acción que son picos muy pronunciados de entretenimiento para el espectador y sobretodo en las persecuciones, que son para quitarse el sombrero. Luego, otro elemento a tener en cuenta como bondad del film son los diálogos, ya que si bien no son super originales, son consecuentes, certeros y que nos demuestran claramente la personalidad de los "actores" (es decir, los personajes que intervienen) más importantes en la trama.

Con lo que si estoy realmente de acuerdo es con que en la segunda mitad del film todo lo que es la trama queda más forzada. Se busca ser tan efectista que hay momentos que aún siendo emocionantes de ver por su riesgo, a veces parecen un riesgo absurdo e innecesario, como la persecución por el carril contrario de la autopista. Vamos a ver, si el malo es tan imbécil de ir por el carril contrario ¿porque no te pones en el bueno y a la menor posibilidad lo enganchas en el otro?... ¿Tal vez muchas ganas de poner en énfasis lo peligroso de lo que están realizando? Igualmente resulta tonto. Pero para tonto, tonto, el papel de las autoridades policiales en esta película, que simplemente deja a las autoridades gabachas (francesas) a la altura del betún. ¡Por dios! Que lentos y mancos y faltos de relevancia están en este film, intervienen menos que el puto maletín y eso ya es decir mucho.


Lo que ocurre es que si bien la parte amorosa y la intervención policial son puro cáncer, el dúo dinámico De Niro/Reno es extremadamente bueno. Vamos, si ahora mismo me dijeran estos dos que van a volver a hacer una peli juntos, firmo. Esa química desde que Reno ofrece un cigarro a De Niro sigue como un pacto gitano: ¿Quiere un sigarro premoh? Craro que zi, shurmano. ¿Y me decís que Chris Tucker y Jackie Chan molan como equipo? ¡Venga! Me quedo con este par, ya que como claros protagonistas de la historia juegan papel de la acción en las persecuciones como piloto (Jean Reno) y sicario (De Niro) y en la parte de preparación como cerebro pensante (De Niro) y hombre de recursos (Reno). Son necesarios, son como una casa como el yin y el yang equilibrado y hace que ponerse en la piel del uno o del otro sea algo digno de una buena aventura y de sentirse un profesional.

Y finalmente, un elemento que acaba de compensar todo lo que flojea en este film es el entorno. París, Niza, Arlés, la Côte d'Azur, son entornos variados que ofrecen belleza y credibilidad al film. A ver, Los Angeles o Nueva York son tan reales como Arlés, pero digámoslo claro, son entornos muy mitificados y que no dan esta sensación de proximidad mediterránea del la película de Frankenheimer. Además este director tiene la virtud (junto a sus cámaras) de querer ofrecer planos y localizaciones que te pueden hacer pensar que estamos en un sitio cualquiera de nuestra cotidiana vida, para luego darnos alguna imagen espectacular de acantilados o bosques o velocidad en medio de la carretera. Sabe cambiar el ritmo, afectando poco al realismo. Eso si, los coche de poli son de puta broma, las explosiones surgen casi por un tiro que como mucho agujerearían la plancha y poco más y finalmente, los conductores protagonistas son o demasiado perfectos o se nota muy programado el transito en contradirección.

Conclusiones


Ronin es una obra que dentro de su imperfección nos brinda detalles muy interesantes y elementos que la hacen muy creíble, ya que es un film hecho de forma muy profesional y efectiva. A nivel de actores, Robert De Niro estaba realizando uno de sus últimos papeles destacables en su carrera (y aún sigue vivo y actuando...) y la química con su partner de misión Jean Reno despunta. Las persecuciones y los tiroteos son ciertamente entretenidos y al estar rodeados de ciertos diálogos y escenas de gran lucidez y coherencia por parte de los personajes el resultado es ciertamente bueno. Lo que ocurre en esta película con guión de David Mamet y argumento de J.D. Zeik. es que hay algún resbalón argumental por aquí y por allá y que todo lo coherente en lo bueno (los protagonistas principales y Sean Bean) y lo malo (Gregor), se topa con algunas exageraciones en la acción o elementos innecesarios en el argumento. Esta pieza de arte se podría definir con una frase brillante de Sam y que resume el estilo y profundidad (o no) que contiene: "Si no formas parte de la solución, lo eres del problema. Si no, sólo formas parte del paisaje".

Dirección: John Frankenheimer
Guión: David Mamet
Argumento: J.D. Zeik
Actores: Robert De Niro, Jean Reno, Stellan Skarsgard, Skipp Sudduth, Natascha McElhone, Jonathan Price y Michael Lonsdale
Compañía: United Artists y Metro-Goldwyn-Mayer

Nota: 7,4

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